08 mayo 2014

"CUESTIÓN DE GÉNEROS"

En la vida hay muchas cosas que son simplemente cuestión de géneros. Y sobre todo si miramos para Andalucía, concretamente para tierras Sevillanas, podremos apreciar mucho mejor la diferencia. Una de esas tardes que de repente se han venido a mi tierra en la que no existe un término medio de las temperaturas, comentando precisamente las condiciones climatológicas de nuestra tierra, se me vino la reflexión que hoy os expongo a la cabeza.

Obvio decir que últimamente (no sé si será por el cambio climático) estamos viviendo unas épocas en las que eso de las "Cuatro Estaciones" se está convirtiendo en quimera. Porque es que eso de que el frío y la lluvia arrecien hasta mediados o últimos de Abril cuando se supone que ya debería estar entre nosotros la tan querida Primavera, es de locos. Y que de un día para otro, así, sin avisar, tengamos que echar mano de la ropa de manga corta porque te asfixia el calor, y que dura hasta últimos de Octubre es para deducir que también hay que rezar un responso por el añorado y romanticón Otoño.

Pero lo dicho, estamos a Mayo. Y una cosa es que el calorcito incite al buen tiempo y otra que a las seis de la tarde no se pueda parar en la calle del bochorno que que hace.  Y eso andaba comentando cuando un contertulio de mi peña me dijo: "hay que vé LA caló..."  Y rápidamente acudió a mis dudas esa cuestión de géneros.  ¿EL calor es masculino, o LA calor es femenina?

En Andalucía tenemos la habilidad para crear nuestro propio idioma, y una de sus claves es que podemos resaltar una cualidad, palabra o característica, aunque sea meteorológica, sólo cambiando su género. Con un articulito bien puesto, hacemos que "El Calor" sea algo medianamente agradable, sobre todo si le ponemos un diminutivo, "el calorcito", y que "LA CALÓ" sea algo realmente terrible. Vaya por delante que no tiene nada que ver que el género de la peor de las dos interpretaciones sea el femenino, faltaría más. 

Pero me llama mucho la atención que siendo lo femenino algo de lo que lo masculino depende en muchas ocasiones, se haya puesto ese artículo a las altas temperaturas que nos agobian en este Verano improvisado e imprevisto. Mi teoría es que el artículo "LA" hace al calor mucho más fiero, más intenso, y más insoportable, pero que ese determinante femenino, se le puso para decirle a la temperatura que es agobiante pero con un toque de cariño. 

Es como en cualquier zona costera, quién ha dicho que Poseidón, o Neptuno, no tiene un cutis y unas caderas de escándalo bien torneadas, y usa bikini... En el Sur le cambiamos el género a esos dioses greco-romanos cuando nos apetece. Y sin embargo aquí se produce el efecto contrario. Si alguien quisiera hablar del agua que cubre el mundo para significar fiereza, o peligrosidad, que tenerla la tiene de sobra, hablara de lo traicionero o peligroso que puede ser "EL mar", pero si habla usted con cualquier abuelo con gorra marinera, con un viejo lobo de mar que ya jubilado la contempla recordando sus atardeceres, jamás hablará del mar como una personificación masculina, sino como un amor eterno hacia "LA mar".  Así que ahora cambiamos el género para decir lo bueno y no lo malo. 

LA caló es el sentido justamente contrario. Yo como por mi sobrepeso, lo sufro más que el resto de mortales que andan en su línea, lo digo mucho y he aprendido a usar el término femenino. Y me oirán diciendo con mucha naturalidad: "hay que vé la caló que hase", como lo dijo mi contertulio. Si es símbolo de que llega el tiempo donde la feminidad resalta con cariño, aunque sea para emitir una queja, bienvenido sea el andaluz con todas las virtudes de sus expresiones añejas. Y que viva "LA CALÓ", siempre que haya aire acondicionado, piscina, playa, o montaña cerquita....

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