27 julio 2014

UN RINCONCITO EN LA BARBACANA

Andaba yo recordando algunos momentos que he pasado en mi recien re-inaugurada peña "Los Pitos de Caña". Un pequeño rinconcito en la calle Barbacana Baja, en pleno ventrículo izquierdo del corazón de uno de los barrios más señeros de mi Carmona. Hasta hace unos meses, debo admitir que era un local abandonado a su suerte por motivos que no voy a especificar porque lo pasado es pasado y la mierda una vez recogida mejor no removerla. El caso es que dicen que la ocasión la pintan calva y que hay que aprovecharlas y ahí estuvo la ocasión para mis amigos Falcón y Rocío, y para su padre Manuel. 

Invirtieron lo poco que tenían en remodelar, limpiar, desinfectar, redecorar, comprar y montar de nuevo una PEÑA DE CARNAVAL, que dicen que era y es la decana de Carmona. La cosa se completó con una re-inauguración con muchos invitados, y con las manos mágicas de Manuel Melgar elaborando unas tapas de auténtico lujo, Carnaval en la tele 24 horas (salvo cuando manda el deporte Rey) y unos tertulianos que cada vez son más y más variopintos.  Vaya de paso el detalle de que los precios son verdaderamente "anti-crisis", donde puede usted tomarse un vaso de esos anchos de cubata o sidra lleno de cerveza fresca a cambio de una unidad de la moneda europea, o una caña por unos ridículos sesenta céntimos. Puede degustar las pavías de merluza o las gambas rebozadas con un rebozado de elaboración propia (nada de congelaos que eso queda mu cutre),  unas croquetas caseras elaboradas por las manos mágicas de Manuel (o de su mujer Manoli a veces) del puchero, de roquefor con piñones o de merluza y gambas, o incluso podrá deleitarse con la tapa que se ha creado para homenajear al nombre de la peña: el "Pito de caña" consistente en un palito de cangrejo rodeado de una loncha de queso, otra de jamon cocido y todo rebozado y fritito, sencillamente delicioso.

Pero no queda ahí la cosa gastronómica, no. Una costilla ibérica como sólo la sabe preparar el Peluco, carne de calidad traída por nuestro amigo José Luis Román "El Bolo", unos boquerones frescos y bien frititos del gran Felipe Ferrusola (pescado con garantía de calidad y buen sabor), unos filetitos de hígado a la plancha, o unos filetes de pollo empanados y aliñaditos que como diría el genio inmortal Paco Gandía "Quita como tó er sentío". Un auténtico fanático y experto en probar ensaladillas no podía dejar de referiros que la de la repostería de "Pitos de Caña" cumple dos adjetivos fundamentales: Es sencilla y es espectacular. Eso por no hablar de los caracoles de Manuel, que aún no he dicho su apodo por todos conocido en Carmona: "El Peluco". Manuel tiene el récord de ventas de kilos de caracoles en un verano: Casi dos toneladas y media. En la peña "Pitos de Caña" va por ese camino, increíble la de tapas y tarrinas que salen cada día para llevar o para ser consumidas en ese mágico rincón de la Barbacana.

A esto le sumamos que Manuel no para nunca de inventar cosas: Chorizo empanado, boquerones o merluza en adobo rebozados, patatas con salsa brava hecha por él mismo, taquitos de merluza con ali-oli, secreto ibérico, el montadito de "San Blas" ideado por ellos mismos, y así con unos precios que NUNCA superan los dos euritos, podéis disfrutar de unos manjares realmente exquisitos. Pero de lo que quería yo hablaros no era de la parte gastronómica si no de la humana. Como digo ni los propios socios de la peña íbamos antes por circunstancias que no vienen a cuento. Ahora con esta nueva imagen, esta recuperación gastronómica y humana, acudimos casi cual parroquianos cada día a echar unas tertulias, cantar algo cuando la ocasión surge con la guitarra que siempre está a disposición de cualquier socio, o simplemente reírnos con las ocurrencias de los distintos ocupantes de los poquitos metros cuadrados del rinconcito o de la frescura de su terracita nocturna que en la barbacana casi siempre es como tener el aire acondicionado puesto. 

Y aunque es una peña Carnavalesca, en Cuaresma sufre una transformación descomunal para decorarse con carteles cofrades, videos de Semana Santa y perfume de incienso. Estando en el Barrio de la Judería no podía ser de otra forma, así que se vuelven tan versátiles como complacientes con la época del año que se viva.

Comentarios con arte, con ingenio, la confianza para las inocentes "pullitas" entre los que estamos, el cachondeo del Peluco con quien se le pone por delante, la complicidad y buen humor (ahora) de los vecinos y vecinas más cercanos. El caso es que estaba pensando que es una maravilla el hecho de haber recuperado este rincon para los amantes del Carnaval y era menester recomendaros que os déis una vueltecita por allí porque os enganchará sobremanera el sitio, la gastronomía y el ambiente si de verdad sois ya no sólo carnavaleros, sino amantes de las buenas cosas, de las risas, de nunca un mal rollo, ni un mal gesto ni una mala contestación. A los amantes de las buenas tertulias sobre cualquier tema, de las discusiones acaloradas, que se refrescan con cerveza helada, de los golpes de ingenio de cualquiera acompañados de regalos al paladar, todo eso lo tiene por na y menos, subiendo la Barbacana Baja, a poder ser a pata, que la cosa de aparcamiento está mas bien escasa.

Así que ya lo sabéis, amigos Carnavaleros, Cofrades, Futboleros ya tenéis un santuario al que ir a rendirle culto. No importa ser socio o no de la peña, pero aprovecho para deciros que nadie está de más, y que siempre una ayudita económica consistente en un eurito al mes, para la peña supone bastante. No importa que seas de un autor o de otro, de una chirigota o de otra, de un cuarteto o de otro, que seas de otra localidad, en nuestra peña como socio y como tertuliano y como comensal cualquiera tiene cabida, aunque lógicamente los socios disfruten de "privilegios" que los no-socios no tienen, como en todas partes. Pero vamos, que el privilegio mayor es que hay un rinconcito para todos los Carnavaleros y buenos sibaritas gastronómicos de Carmona, un rinconcito donde yo particularmente cada día voy a curarme un poquito el alma, un rinconcito en la Barbacana. Allí os espero.

17 julio 2014

EL (¿TERRIBLE?) PODER DE LA MENTE

Cuando uno se encuentra en mi estado, en el estado de "Stand by" por vaya usted a saber qué motivos, recuperándose de una etapa de esas que uno no le desea ni a su peor enemigo, tiene mucho tiempo para pensar. Y pensando, pensando un día me dije que quería escribir sobre esto. Hoy me ha cogido el cuerpo con ganas y aquí me hallo inmerso en el tecleo más desgarrador para que me lea vaya usted a saber quién, y reaccione al hacerlo vaya usted a saber cómo. Pero a lo que iba...

Que la mente humana tiene un infinito poder sobre el resto de nuestras cosas. Hay quien piensa que dominando tu propio pensamiento, tu propia mente, tu propio cerebro eres capaz de hacer cualquier cosa. No hablo de ese concepto de la telequinesis en plan doblar cucharas con el coco, no. Hablo de tener un control total sobre tu vida, sobre tu estado de ánimo, sobre las personas y las cosas. Imagino que eso los psicólogos lo tendrán dominado (o no) ya que son estudiosos del tema. Pero hay ocasiones en las que sin darnos cuenta, nos sometemos a la voluntad más negra de la mente albergando acciones mentales terribles e inconscientes. Pongo algunos ejemplos.

Sobre todas las cosas estaría la INFLUENCIA. La mente influye para recibir estímulos según los avatares de la vida que nos acaecen. Está preparada para hacerte sentir o ver cosas que antes pasaban desapercibidas porque no tenían relación con tu vida. Verbigracia de la televisión o la radio. Si por ejemplo tenías una pareja y rompiste con ella, o te dejó, automáticamente veas lo que veas y oigas lo que oigas, en tele aparecerán pelis románticas o escenas idílicas que te harán torturarte por lo que has perdido. En la radio sólo sonarán canciones de amor o desamor como por arte de magia, sintonices la emisora que sintonices. Es más si tienes la característica de que el amor que perdiste tenga un nombre que también sea una palabra de las más comunes que uses, esa palabra aparecerá hasta en la sopa para que te tortures el doble con tu propia angustia. O verás cosas, detalles, escenas que te recordarán hasta la más mínima tontería que hayas vivido con esa persona y que te haya hecho feliz. La mente por desgracia no trabaja en el sentido contrario, es tan cabrona que obvia los momentos malos para hacerte sufrir por la pérdida, en lugar de prepararte para avanzar y dejar atrás personas o cosas que no te convenían. Qué hija de puta ¿eh?.

Más ejemplos. ¿quién no ha tenido alguna vez un susto en plan "ahora no estoy preparado para ser padre/madre"? Un simple retraso tuyo o de tu pareja aunque sepas que científica, genética e incluso mágicamente no es posible que haya feto a la vista. No fallará, pasearás por la calle y solo verás bebés, carritos, anuncios de potitos en la tele, o de pañales, y tu acojone será grandioso. Eso por no hablar de si alguien de tu entorno está esperando descendencia. Entonces esos influjos se multiplican por dos. En ese caso empiezas a volverte experto en conversaciones sobre pañales, potitos, carritos, cuidado de las embarazadas, qué se puede comer, qué no, qué efectos tienen sobre el feto diferentes influencias. Es toda una amalgama la que nuestra mente pone en marcha en esos casos.

Más: Un día te ves gordo/a. Te pones a dieta porque no puede ser, te estás descuidando y la ropa ya te aprieta. Pon la tele, verás cómo de repente todo se inunda de anuncios de comida rápida, de la que atrae, o de congelados de esos que tanto te gusta echar en la freidora. Verás como proliferan los programas de cocineros en cualquier canal. Verás cómo pasas por cualquier sitio y están haciendo de comer y huele que alimenta o vas en carretera y todo son anuncios de restaurantes en las vallas publicitarias. Tu olfato ante los estímulos de comida que engorde se agudizará hasta el extremo más insospechado porque tu mente le manda la orden de torturarte. Qué bonito el mundo de la mente ¿eh?

¿Sabéis por qué creo que pasa todo esto? Porque nuestra mente está preparada para obviar lo que no nos preocupa. Es decir. Todos esos anuncios de potitos, esas películas de romanticismo empalagoso, esas cosas o detalles que nos recuerdan cosas o detalles que nunca más viviremos posiblemente, esos anuncios de comida... siempre estuvieron ahí. Pero nuestro cerebro los obvió porque nuestra mente ya los tenía registrados como vivencias actuales. Por eso no le echamos ni cuenta. No tengo posibilidad o deseo de ser padre, pasarán esos anuncios de bebés y ni los miraremos. Estoy bien con mi pareja o soltero, échame pelis románticas que me da igual. Estoy en la línea, a ver si ponen un anuncio de McDonalds para ver qué oferta es la nueva e ir a comérmela. Y todo así. Cuando uno de esos pilares de nuestra vida se cae, ahí está nuestra mente para causarnos esa desesperanza, esa angustia. 

Y esto pasa en todas (o en casi todas) las mentes humanas. Y quien no lo haya sentido que levante la mano. Si pasa y lo obvias, posiblemente pasen varias cosas, o que tienes una mente privilegiada y superdotada digna de estudio científico al dominar naturalmente esos estímulos, o es que tienes mente, pero no tienes corazón. Porque cuando todas esas influencias negativas te martillean la cabeza, el que sufre es el órgano más importante del cuerpo relacionado con los sentimientos. Y lo mismo si se tiene muy negro, ese tipo de influencias no te afectan tanto como para reconocerlo, o se puede mirar para otro lado y seguir con tu vida como si nada pasara. A mí a veces me gustaría ser así. Pero ¿Sabéis qué pienso? Que me siento orgulloso de mis depresiones, de mis influencias terribles de mi mente, porque te hacen darte cuenta realmente de que estás vivo, de que tienes sentimientos, de que no eres mala persona y sobre todo, de que hay que valorar a la gente que siempre ha estado ahí para tí. Para que cuando lleguen esas influencias que te tiran al suelo, las sustituyan por un abrazo, anulando el terrible poder de la mente. 

Y así vamos viviendo, y sintiendo, porque se puede aprender a no pensar, pero jamás podremos evitar sentir. Yo cada vez veo cosas, gestos, palabras, televisión, música, vida, y la verdad... cada una de esas veces, voy viendo las cosas más claras.

10 julio 2014

COMO EN BOTICA (INTERNET Y REDES SOCIALES)

He vuelto a recuperar las ganas de escribir, como he vuelto a recuperar muchas cosas en mi vida, tras una etapa algo-bastante jodida, por cosas que no vienen a cuento. He pensado muchos días qué escribir, qué contaros y se me iban las ganas por falta de ideas, o porque lo que os contara en esos momentos no os resultara agradable de leer. En cualquier caso, el hecho es que gracias a gente que ni yo imaginaba que me podría ayudar tanto, uno va poco a poco escalando peldaños de la pared del pozo y la luz cada vez se encuentra más cerca, y el agua más lejos. Por eso hoy, y como parte de mi "auto-terapia", he decidido rellenar otra página de mi blog, así que ahí va:

En Internet encuentras de todo. En las Redes Sociales encuentras de todo. "Como en botica", que reza el dicho.  Y es que en ciertos estados uno se vuelve muy observador, y especialmente crítico (sobre todo por pesimismo), pero cuando se recupera observa fríamente, saca conclusiones y toma decisiones. Y mirando mis redes sociales he podido percibir que hay de todo... "como en botica". Antes que nada me gustaría aclarar que con los ejemplos que voy a poner no estoy generalizando, no sea que haya gente que se de por aludida cuando no tiene ni derecho ni razón. También puede que haya gente que igual deba darse por aludida y no le importe lo más mínimo, porque hay gente así en las redes sociales, ya digo que en las redes sociales, hay de todo... como en botica.

Por poner algunos ejemplos tontos, en las redes sociales puedes encontrarte desde gente que usa el espectáculo del fútbol para acusarlo de la situación de un país, de la muerte de alguien en Brasil por culpa de un resultado, sólo porque no le gusta el fútbol.  Es increíble, cómo mucha gente usa las redes sociales para convertir sus gustos personales, o su filosofía de vida en un "anti-algo" que va relacionado. Da igual si es política, sociedad, o valores de género. Sólo por el hecho de que defiendas una postura la credibilidad cae en picado si atacas la contraria. El ataque gratuito o el menosprecio nunca es una postura coherente para defender la tuya. Y hay gente así en las redes sociales.

Más ejemplos, pues por ejemplo está esa gente que continuamente tiene que demostrar mediante fotos o estados o comentarios, aspectos privados de sus vidas que piensan que pueden interesar, o simplemente lo dicho, necesitan demostrarlo por no estar seguros de si mismos y no saber lo que quieren. Y te encuentras con gente que continuamente pone lo bien que se lo pasa y lo feliz que es, lo enamorado/a o lo contento/a que está con su pareja, dónde se ha ido de veraneo en plan "porque yo puedo y tu no", o "mira qué bien me lo estoy pasando cogiendo la papa reglamentaria del finde en una botellona". 

También te encuentras a gente que intenta darte lecciones de la vida o exponer como piensan sin atreverse a usar sus propias palabras. Mediante fotitos con frases hechas (sin que ellos lo sepan) para slogans publicitarios, o con frases de filósofos o escritores que pusieron esas frases por un motivo concreto y que esa gente interpreta, manipula y usa como le da la gana, alterando e incluso a veces denostando el verdadero significado (como digo desconocido la mayoría de las veces) de esa sentencia que tan alegremente ponen en su red social de turno.

Hay quien aprovecha para decir lo que piensa pero ante el temor a los palos enmascaran su identidad sin atreverse a dar la cara. Y gente que te adula para conseguir lo que quiere de ti. Gente que no dice toda la verdad porque sería muy triste lo que soltarían por la boca (o el teclado en este caso). Y si hablamos de amigos, la cosa es amplia. Las redes sociales han pervertido totalmente el sentido de la palabra amistad. Porque hay veces que hablas dos veces con una persona que no tienes en tu entorno y ya se le considera amigo porque aunque sea a través de una pantalla y un chat, te aporta cosas en tu vida que no te imaginabas que te daría. Incluso llegándolo a veces a confundir (de forma intencionada o no intencionada) con el amor si se trata de un sexo diferente. 

Hay quienes las redes sociales las usan para lo más sano que es el buen humor. O el expresar sus sentimientos sin más, o contar experiencias puntuales. En cambio hay gente que conoces en las redes sociales que cuentan tantas cosas de su vida personal que es prácticamente inútil quedar con ella para tomarte un café porque no tendrías nada de lo que hablar como no fuera de cosas que no tuvieran nada que ver con su vida. Hay gente también en este grupo con la que merece la pena quedar porque también aunque lo sepas todo de su vida, puedes tirarte horas hablando, riendo o debatiendo sobre cualquier tema. Pero nada, absolutamente nada en las redes sociales sustituye el contacto físico.

El abrazo de un amigo mientras lloras. La persona que realmente te demuestra sólo con que se lo insinúes que necesitas ese abrazo y acude a dártelo sin ponerte impedimentos, poniendo las excusas que sean para que se haga posible, porque realmente quiere estar contigo. La sensación de escuchar una risa agradecida por alguna tontería que has dicho. El que te cojan la mano, el que te den un beso. Una mirada. Hay gente que te ofrece eso en la vida real. Es la gran ventaja de la vida sobre las redes sociales. 

Este mundo cibernético en el que nos hallamos metidos está cambiando sensaciones reales por pantallas de ordenador, twitters, cotilleos en "feisbuqueros" y emoticonos o mensajes de "whatsapp". Le estamos dando una utilidad (sobre todo las generaciones más jóvenes) a las redes sociales mucho menos digna de por la que se crearon. Es verdad que si son las dos de la mañana de un lunes por ejemplo, y necesitas hablar, posiblemente encuentres a un amigo que quiera hacerlo por chat o whatsapp porque, yo qué sé, porque no pueda hablar por teléfono o no pueda salir de su casa a esas horas. Pero hay gente que es capaz de hacerlo. Acudir en persona a esa necesidad de verte mejor. Yo las tengo en mi vida y han tardado minutos. Esas personas son las que más quiero cuidar y las que pude quizá cometer el error de no tenerlas más cerca, por ilusiones falsas o decepciones reales que un día me hicieron obviarlas. 

Pero internet engancha. Las redes sociales enganchan porque sabiendo que encuentras de todo, como en botica, hay algo que te induce a seguir buscando. Incluso a no buscar sino a encontrarte cosas que te pueden confundir, pero pasa como en botica, que hay de todo. A mí me pasó en su día.  La cuestión está en saber distinguir a esa gente que he etiquetado sin generalizar, y obrar en consecuencia una vez que las experiencias te demuestran que las redes sociales hay de todo... como en botica. 

No quiero que se me pase el hecho de vivir en una ciudad con entrañas de pueblo, más pueblo que ninguno en el sentido más peyorativo de la palabra. Cuánto critiqueo y cotilleo en las redes sociales. Y qué fácil nos lo han puesto porque ahora con un grupo de whatsapp o un chat en facebook ya podemos poner a parir a quien sea, perdiendo la normalidad de hacerlo en persona (hecho que también me da bastante grima, ya sabéis lo que pienso de hablar sobre la vida de los demás cuando no te afecta a ti mismo), y acrecentando la maldad que da la impersonalidad de estar detrás de un teclado y no hablando. 

En fin, que si hay que ponerse la medalla, quizá entendáis que yo las redes sociales las uso para razones diferentes. En Facebook conservo a esos amigos reales a los que apenas veo y que cuando los veo resulta tan gratificante el abrazo de "cuánto tiempo, cómo estás". Pero he subrayado el "cómo estas" porque no quiero que signifique cuéntame tu vida, tus escarceos amorosos, o lo que has hecho en tus vacaciones. El cómo estás en el puro sentido de la expresión. De qué tal te va la vida, de qué sensaciones tienes, de cómo está tu salud, tu ánimo, tu espíritu. Facebook es para mi un lugar para contactar con gente que no tengo a mi lado normalmente, o para charlar a esas horas golfas en las que "los del turno de noche" nos entendemos a la perfección. Porque con la gente que veo frecuentemente o a diario, para eso uso el whatsapp. Mensajes para quedar, o para simplemente comentar un detalle a la persona que te gustaría que estuviera compartiéndolo contigo en ese momento. También le he dado mal uso como imagino que todos vosotros, y también me arrepentí en su momento. 

Y mi twitter es un mundo que he creado para expresar mis "ReflexionesAsíPorqueSi", mis idioteces, para seguir a gente cuyos perfiles (aunque sea anónimos) están para inventar chistes que me hagan reír, para promocionar este blog también por ejemplo, para tener una visión de la vida que no haga pensar que cuento hasta cuando voy a cagar, o incluso cuando estoy cagando. Mi consejo de hoy es amplio a la vez que sencillo: Tened cuidado con las redes sociales porque podéis ser motivo de dependencia. Que puedes confundir amistad con una simple relación de conveniencia o con algo más peligroso. Que puedes perder muchos abrazos, muchas risas y muchos momentos que compensan más en la vida real. Por lo tanto la segunda parte de mi consejo, es que tratéis de no crearos una costumbre (o dependencia) para saber de la gente a través de las redes sociales. Apagad el móvil de vez en cuando y preferid una conversación en persona. Huid de los cotilleos cibernéticos que ya con los de la vida real algunos hemos estado bastante puteados. Vivid, y pasad un poquito de tanta "idiotización" de las redes. 

Y digo esto porque en las redes sociales, hay de todo, incluso yo caigo frecuentemente en esas etiquetas puestas anteriormente y no me avergüenza reconocerlo. Te encuentras de todo. Como en botica.... como en la vida. Y yo me he dado cuenta que últimamente, prefiero la vida. 

Perdón por el coñazo de un post tan largo. Pero forma parte de mi "auto-terapia", es un escaloncito más para salir del pozo. El que he puesto yo mismo. El resto, ya me los han puesto esas personas que tengo en mi vida, en la real, y en la cibernética cuando eliges bien. Por eso estoy tan contento de tener lo que tengo, porque lo que demuestra que no quiere que lo tengas, es que no merece la pena. Y yo tengo a toda esa gente que en estos días me ha demostrado que no me dejará solo jamás. Gente que te encuentras un día en tu vida para quedarse en ella. Gente que no te miente por complacerte. Un amplísimo abanico de personalidades y circunstancias, tengo de todo en mi vida... como en botica.

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