22 febrero 2016

CUARESMA 2016 (I): "LA CIUDAD ENLOQUECIDA".

El tiempo sin tiempo de los días de espera ha vuelto. Ha vuelto ese aire que huele diferente según quién lo quiera y en la forma que quiera olerlo. En el fin de los días de espera con la luna llena que marca una cruz de ceniza en la frente de la ciudad, la mirada se torna deseosa de ver el azahar florecido cuanto antes. Los ojos se enrabietan cuando no ven más que la hoja verde coronar los naranjos, aún cuando todavía algunos, desprenden la vejez de sus últimos frutos que caen ya inertes al suelo. El calendario ha querido apremiarnos en el arranque de sus hojas, acrecentando el deseo, y haciendo la espera más corta y al mismo tiempo, interminable.

El otro tiempo, el que se vislumbra echando la vista hacia arriba, tiene enloquecida a la ciudad. De pronto un frío siberiano, tan repentino como el calor de las lánguidas tardes del mes donde la tierra se vuelve albero al son del zapateo de los bailes por sevillanas. De pronto el Sáhara nos manda tormentas de arena, de repente el Polo Norte nos hace echarnos encima cuatro mudas para no perecer congelados. Y entre tanto, en el otro tiempo, el tiempo sin tiempo, en ese, las casas hermandad se llenan de preparativos, de "Sidol", de secadores derritiendo la cera del tiempo sin tiempo de hace un año. Se llenan de sudores, de tertulias, de vaivenes frenéticos, de risas, de recuerdos de quien no puede estar porque anda limpiando la plata del cielo de los justos. 

Por la calle los primeros racheares de pies por empedrados y nocturnos caminos a la gloria de los días que vendrán. Un palo o un martillo por llamador, unos sacos o vigas por "ensayísimos titulares" y unos cuellos que tienen que volver a hacerse a la trabajadera. La banda es un radio a pilas con un cedé, o un moderno mp3, que también al tiempo sin tiempo de los ensayos, saben llegar y adaptarse las nuevas tecnologías, en este caso para fines buenos. 

La ciudad enloquecida, la gente en dos mitades dividida, entre los que esperan impacientes y los que prefieren dejar que todo llegue a su momento. Entre los que viven encerradas las noches con el olor que desprende un apagado incensario con los restos del perfume de los sueños de chicotás, y los que no pasan ni por un día de Quinario. Entre los que van a ver a Dios para rendirle cuentas con asiduidad, y los que prefieren ser ojos que ven un "Munarco" andante como el que ve pasar un desfile de modas. 

Pero la premura de los días, enloquece a la ciudad, la ciudad que ahora con otra luz, con otro aroma para los que saben apreciarlos, empieza a cortarse su traje de gala y aun en sus probaturas, nos luce más bella en nuestra mirada. Llámelo usted amor de hijo que vive con Pasión cada uno de los momentos de su tierra, si quiere. Llámelo usted fé, o devoción, o llámelo "jartura", llámelo como quiera, porque el hecho de llamarlo de una otra forma, reconforta a los de la visión de la ciudad más bella, porque implica admitir el hecho de que así lo está. Implica admitir que usted también ve que ahora Carmona huele distinto, que días y noches tienen una luz diferente, que el tiempo sin tiempo de la espera llegó a su fin. 

Es inevitable que un paraíso enclavado en nuestro alto alcor, no resalte ante los ojos de los que esperan, y de los que no. Es patente que la cruz de ceniza en la frente es de los complementos que mejor le sientan, mientras espera echarse el perfume del azahar que, maldita sea, no acaba de florecer por culpa de la premura de los días. Pero mientras tanto la ciudad sigue viviendo la llegada del fin de la espera. La ciudad, bella. La ciudad tan fría como caliente según le dé. La ciudad respirando los suspiros de los que ya viven el tiempo del tiempo. La ciudad, mire usted... la ciudad enloquecida.

17 febrero 2016

ANTONIO Y LA TELE.

"...Ay de vosotros, Escribas y Fariseos, hipócritas TODOS!! Que coláis un mosquito y os tragáis un camello..."  

¿Te suenan estas palabras de Jesús de Nazareth, amigo Antonio? Qué malo eres por decir lo que piensas Antonio. Y qué mala es Televisión Carmona... qué "porquería de televisión", como ha escrito alguien por ahí, ¿verdad? Qué veintisiete años de trabajo, de no faltar a un evento, a unos Reyes, a unos Carnavales, Semana Santa, Ferias, Novenas, deportes, política.... tirados a la basura en una red social.

Y es que hay gente que es así, Antonio, tú tranquilo. Hay quien habla sabiendo que no tiene por qué saber ciertas cosas y se queda más ancho que largo. Quien te atacó, Antonio, no sabía de tus horas eternas en esa butaca, micro en mano, sin ningún comentarista de apoyo. No sabe, como yo sé, la de cosas que uno puede soltar sin querer cuando te encuentras con minutos de tele por delante y nada para rellenar. No sabe, que tú vienes de pasar un verano en el que nos diste un susto grande a los que te queríamos, y que al día de recuperarte ya estabas otra vez al pie del cañón. 

Quienes te han criticado de esa forma tan despiadada, dicen que la tele que junto con mi Carlos Guisado, tú sacas adelante día tras día, cobra del Ayuntamiento. No me descojoné al leerlo porque pensando en ti y en como te han atacado gratuitamente, tenía más ganas de rabiar y llorar. No saben esos, la eterna y cuantiosa deuda que el consistorio mantiene con la tele desde hace mucho, por acuerdos firmados de compromiso a retransmitir actos oficiales. No saben las trabas que os llevan poniendo desde hace más de un lustro para poder cobrar por vuestro trabajo. Mejor o peor hecho, pero hecho al fin y al cabo.

No sois (somos, que yo me siento parte aunque no esté en nómina) Telecinco, ni 8TV, ni Canal 12, ni otras televisiones que sí están subvencionadas, o son municipales, o de grandes empresas comunicativas y donde se mueve mucha pasta. Nuestras cámaras, emisores, cables, micros, ordenadores, están muy viejitos ya y no dan la calidad que igual merece una ciudad como Carmona. Me refiero a la ciudad como monumento, porque en cuanto a calidad de su gente a la hora de luchar y querer algo nuestro, mejor no pronunciarse, ¿Verdad Antonio?

Tú lo sabes igual que yo. Ahora vendrán muchas horas, muchos cabreos, muchos sudores, durante la retransmisión de la Semana Santa. Tantas como yo he pasado contigo, con Carlos, Javi, Risquete, Fran, Alejandro, Jairo, Luis, Mercedes, y tantos otros que pasaron por cámaras, continudad o micros. Y ahora vendrán también los malos comentarios, porque en esta jodida ciudad, Antonio, nunca se abre la boca (o raras veces) para reconocer el trabajo mejor o peor hecho. Solo se abre para ir a degüello, para hacer sangre, para hacer daño. Así ha sido durante 27 años. 

No... no somos El Correo, ni OndaLuz, ni la madre que nos parió a todos, pero ni falta que nos hace. Ojalá una primitiva, Antonio, o un Euromillón, que hiciera a esta tele familiar a la que le cuesta el sudor llegar a fin de mes, darle en la envenenada boca a más de uno, con una calidad que asombrara. Esa que parece que no tenemos, porque no la queremos. Antonio, los amigos se dicen las cosas malas también, pero con cariño. Y no somos como las teles en las que yo he trabajado. Técnicamente no les llegamos a la suela. Humanamente, ellos no nos llegan a nosotros. Pero eso en Carmona no vale. Aquí hay que ser Telecinco Antonio, te lo ha dicho esa gente, parece mentira que en 27 años no te hayas enterado aún. Ni tú, ni Carlos. 

En fin que ahora por tu ojo que todo lo ve, van a pasar muchas caras, muchas advocaciones de la imagen de un Hombre que fue crucificado, porque un día en el templo de Su Padre, se atrevió a llamar a las cosas por su nombre cuando vio la hipocresía de los que se erigieron salvadores de un pueblo. "Ay de vosotros, escribas y fariseos,... hipócritas todos!!" Aquí también hay fariseos, Antonio, y Él lo sabe. Ellos no lo saben, no saben lo que has pasado personalmente, y lo que diariamente pasas profesionalmente, moviendo ese cuerpo maltrecho en vías de recuperación. Y estoy muy orgulloso de haberme cruzado en la vida contigo y con Carlos, y con todos y cada uno de los compañeros (esos que ese sabio dijo que os aprovecháis) que han currado y colaborado en la Televisión de Carmona.

Ahora que sigan hablando: "Que mála es la tele", "Qué porquería, qué imagen más mala", "qué comentaristas más malos", "Qué sonido pésimo", "¿por qué no lo hacen como la televisión tal o cual?"...  seguirán diciéndolo, Antonio, ¿qué te crees? ¿que lo de esa gente que te ha atacado en una red social, era lo último que te van, que nos van a decir? Tú sabes que no, y Él sabe que no...  Pero Él lo ve todo, amigo mío, y como lo ve todo, le gusta verse en el objetivo de tu cámara, sea cual sea el plano que le tomes. Y como Él lo sabe todo, ha sabido darte la salud necesaria para que otro año más lo enfoques, o dirijas desde un set de realización, o hagas lo que quieras hacer para que la gente enferma, impedida, pueda ver su Semana Santa. ¿qué mejor crítica constructiva que la que te hace Él conservándote un poquito de salud, para que volvamos a trabajar contigo, Antonio? 

Te dejo ya, que viene la Cuaresma, y tengo que hacerme de nuevo, la armadura a medida de las críticas feroces que recibiremos, y en especial yo, como cada año. Pero si no es por vosotros, si no es por mis padres y abuelos enfermos, si no es por tanto carmonense impedido... ¿de qué y de cuando iba yo a exponerme a los fariseos Antonio? Pues eso. A trabajar como siempre, con todo el cariño que ni a ti, ni a mí, ni a Carlos, ni a nadie de la tele... este pueblo le da por su trabajo. Ya nos paga Él, poniéndose a tiro de cámara, para mantenernos juntos otro año más. ¡¡Ay de ellos, Antonio... que no te conocen!! 


15 febrero 2016

FIN A MI CARNAVAL (I): "Los chicos del tren"

Fueron mi sorpresa del Carnaval 2016. Algunos de ellos han sido "mis niños". Los vi crecer y entrar en este maldito y bendito mundo del Carnaval, de mi mano, de la mano de la peña madre, de mis "Pitos de Caña" y así se siguen sintiendo. Ahora no es momento de contar que yo pude ser el autor de ese grupo en verano. Ahora es momento quizá ya que lo he dicho, de admitir que si yo hubiera sido su autor, en detrimento de mis "Concursantes" veteranos, igual no hubiera hecho una comparsa tan bonita y tan imaginativa como la que ha salido de la mente liberada de Francis y Raúl Fernández Garrido. 

Porque ellos también se liberaron en cierta manera y han hecho lo que les ha dado la gana, sin trabas, sin terceros intereses cortándoles alas. Con la ilusión de un grupo de chavales (algunos no tan chavales y otros debutantes), han hecho una comparsa de las que a mí, particularmente me encandilan. Con un buen repertorio. Con el mensaje de que la vida es un tren al que a veces hay que subirse y del que  a veces hay que saber bajarse. Con vagones en los que es mejor no entrar y dejar que se descarguen solos. 

Tengo que admitirlo. Me dan mucha envidia sana. Su juventud es su bendito tesoro y su arma más poderosa. He rabiado por dentro cuando los he visto en la calle. Cuando he visto que mis años ya me impedirían seguirles el ritmo. Cuando he visto su forma sana (aunque un tanto bestia) de divertirse y llorar de la risa en la calle, de ir todos juntos, de ser una piña, de no tener más malos rollos que los que les quisieron buscar -sin éxito- desde otras partes.  Raúl y Francis han recibido genial la lección de humildad de estos "chicos" que han competido con lo que tenían (con un resultado en los concursos un poco injusto desde mi punto de vista), que han dado una lección a muchos veteranos de cómo se debe vivir un Carnaval de Calle, o sea un CARNAVAL, no un concurso. 

Tengo que admitir que he sentido nostalgia de los Carnavales en los que yo era joven como ellos y me lo pasaba igual de bien, y que ojalá hubiera tenido quince años menos y hubiera podido vivir con ellos siquiera un ratito de los muchos que han pasado.  A los hermanos Fernández Garrido ya les dije lo que tenía que decirles en persona. Están en la "vía" adecuada. No os canséis. Este grupo es un tesoro, que el tren siga recorriendo estaciones, posiblemente llegaréis muy alto en los concursos, porque tenéis calidad musical de sobra y literaria en ascenso. Pero no es eso lo que debe importaros, lo que debe importaros y debéis recordar siempre es la calle que habéis echado, la cantidad de gente que gracias a Álvaro y el resto de jóvenes que se han juntado, habéis movido.  Lo que debe importaros es mejorar no sólo la comparsa, si no todavía más las risas, los cariños y las coplas en la calle. 

A Álvaro no puedo decirle más que me demostró ser un tío que se viste por los pies y que me tiene el cariño y la admiración suficientes, como para hacerme el ofrecimiento que me hizo sin condiciones y aceptar las circunstancias en su momento y seguir siendo el mismo.  A Nachete, Nacho, Toni, Kiki, Alejandro, que siempre me tendrán y que me alegro que al fin hayan encontrado un grupo de su ambiente y se lo hayan pasado tan bien. Al resto que conozco poco o no conozco apenas, que bienvenidos al Carnaval y que no habéis podido tener mejor forma de iniciaros en este mundo. Habéis encontrado la verdadera esencia de la Fiesta de la Libertad, la que se vive cuando se ha dado el "fallo" del jurado (más fallo que nunca) y comienzan las coplas en la calle. Nunca olvidéis mantener ese espíritu vivo. Ojalá seáis los culpables de que la gente vuelva a salir a la calle, a cualquier esquina o tablao a escuchar coplas, y sobre todo coplas bien cantadas y BIEN ESCRITAS.

Gracias por permitirme echar un ratito con vosotros el día del Desfile aunque fuera solo para cantar vuestro estribillo, y el "La,la,la,la..." del final del popurrí. Gracias por los mensajes de ánimo y las visitas cuando me tocó cantar en el Cerezo. Gracias por los abrazos en el escenario, gracias por aquella comida en "La Boheme" donde se forjó una relación de la que es "extraoficialmente" la cantera de "Pitos de Caña". Gracias por las opiniones de después de cantar. Gracias por el cariño. Gracias a todos por la frescura, por el soplo de oxígeno que al Carnaval de Carmona le hacía falta. Gracias por LOS CHICOS DEL TREN. 
Free counter and web stats