22 marzo 2016

"NI VALENTIA, NI IRRESPONSABILIDAD".

Los que me leéis desde hace años, sabréis lo que siempre digo de San Blas y de la Judería. "Es otro mundo", lo he dicho  escrito muchas veces. Y yo no digo las cosas si no las siento o no las digo por decir. Lo de esta noche ha sido cruel, muy cruel, y no me refiero sólo a la lluvia. A veces, para emitir juicios de valor, opiniones escupidas por la boca, hay que tener todos los datos. Y la gente que yo he podido escuchar hoy por la calle mientras los hermanos de San Blas estaban sufriendo el peor Martes Santo de sus vidas, no tenía todos los datos. Yo a esas horas tampoco, pero preferí ser prudente y solidario, tanto en mi labor de comentarista en Televisión Carmona, como con mis propios amigos.

Ahora sí tengo todos los datos. Es la ventaja de tener amigos en los sitios adecuados. A mí uno de esos amigos, que quiero con locura y al que creo a pies juntillas, me dice que la Junta de la Expiración, barajaba un parte meteorológico que daba un 10% de probabilidades de agua. Dado que el viento era de Levante, lo de "es que en Sevilla está lloviendo" no valía, porque en este caso el viento soplaba desde la costa Malagueña. De hecho era en Lora del Río donde estaba una tormenta a la que nadie miró y que miren ustedes qué "gracia", le dio por venir a fastidiarnos el Martes a Carmona. 

Si la Junta de San Blas maneja ese parte, ahora les pido que se pongan en su pellejo. Uno se viene arriba, y  puede opinar -movido por la ilusión de que Carmona tenga al Señor de la Expiración y la Virgen de los Dolores en la calle, que no es cualquier cosa- que venga, que "p'alante", que Carmona no se queda sin ver a San Blas. Y salen, y de repente ocurre lo que ocurre. Hasta ahí bien. Luego pido que entiendan lo que supone una hermandad con trescientos nazarenos, una gran parte de ellos niños, cuando pasa esto que ha pasado hoy. La tensión es máxima, estar pendiente de mil cosas, los pasos, las bandas, los niños, las insignias, el estado de la calle, las posibles opciones de refugio... 

Mientras todo eso se intenta ordenar en la cabeza, el agua cae con más fuerza. "¿por qué no se han vuelto?", "¿por qué no se han refugiado?", "¿por qué no han seguido ya hasta Santa María?". Qué sabemos todos ahora de gestionar cofradías bajo la lluvia, ¿no? Hay que verse en esa papeleta, oigan.  Y hablar tan alegremente o crucificar porque sí a la Junta de San Blas, sin tener todos los datos y sin verse en esa papeleta, me parece de muy poca clase. Que entiendo sí, que la tensión y la preocupación también está en el público que tiene tanto cariño a esa Hermandad, y que todos tenemos en ese momento un "Hermano Mayor dentro", como cuando dan la convocatoria de la Selección que todos somos entrenadores. Y no, mire usted. No es el caso. El que la lleva la entiende, y hoy los que "la llevaban", eran los que hoy por hoy, son los miembros de Junta de La Expiración.

Yo les voy a dar todo mi apoyo, teniendo los datos que tengo. Porque si a mí me dicen que no va a llover, y tengo la mala suerte de que no veo una tormenta inesperada venir de Lora, pues yo no sé lo que hubiera hecho. Aunque yo en estos casos siempre abogo por el "NO", no se puede tachar ni de "valientes" ni de "irresponsables" a los miembros de Junta de San Blas. ¿O es que alguien duda de que si estos señores con Juan Antonio Vázquez a la cabeza, hubieran visto el más mínimo riesgo de que esto pasara, se hubieran quedado en el templo?  Un poquito de misericordia cristiana, por favor. Que esto es cuestión de sentimientos, y con los sentimientos como con la meteorología, nadie está a salvo de equivocarse. 

Lo dicho, mi apoyo y mi abrazo a tantos cachitos de corazón que tengo en San Blas: Juanra, Álvaro, Agustín, Matute, "Meloni", y tantísimos otros. Hoy ha querido Dios que sufráis sí, pero es seguro que lo ha querido como Penitencia porque os prepara muchos Martes Santos de gloria en la Judería. Hacedme caso y tened Fe, que yo hoy he tenido en mis carnes y mi corazón la prueba de que teniendo Fe, al final ÉL y ELLA acaban compensándola. Un abrazo a todos, y seguid cada año demostrando lo que yo ya tantas veces he dicho y escrito: que la Judería es otro mundo.

17 marzo 2016

CUARESMA 2016 (III): "DOLORES"

Cada centímetro de piel humana y patrimonial de esta ciudad, siente dolores en algún momento de su vida. Pero hoy esos "dolores" tienen un significado especial. Este viernes de cada año rinde pleitesía a los Dolores divinos, y a los humanos. A los que van, como Ella los lleva en varias Vírgenes de nuestra Semana Santa, en el nombre de las mujeres que lo lucen. En mi caso las dos que hoy celebran su onomástica, junto con esas Vírgenes, no solo sienten los Dolores en su nombre, también en su cuerpo y últimamente en sus almas.

Dolores es mi Madre del Cielo que vive en San Bartolomé, y Dolores es mi Madre de la tierra, que ahora le reza a su homónima, junto con mi hermana que también es Dolores, para que nos haga la del Cielo un "pequeño gran favor". Dolores fue mi tía abuela que yo casi tuve por tercera abuela en un patio de vecinos de la calle Montánchez,  y luego en un pisito tan humilde como su corazón en la barriada "Los Pintores". 

Otra Dolores del Cielo vive en San Blas, donde nació y se crió la mía de la tierra. Otra Dolores divina mora en San Pedro donde recibí por primera vez a Dios.  El Mayor Dolor que se siente en nuestra Semana Santa, me invitó a su 250 cumpleaños, y me concedió el tremendo honor de hablarle a sus hijos.  La Dolores Servita me ha dado, hasta este año, la posibilidad de mirarla a Ella en la calle al mismo tiempo que se ve su casa, que es el cielo estrellado de esta milenaria ciudad. Tantos "Dolores" divinos, y mire usted, hoy... sólo hoy, me desvivo más por mis "dolores" terrenales. 

Hoy invoco, rezo a todas las Dolores de nuestra Semana, para que bendigan mis dos Dolores de la tierra, de la sangre y del corazón. Para que las Dolores alivien los dolores a mis Dolores. Para que el poder de la Fe, ampare a todo el que les reza, les pide, las venera, las visita, las cuida, las pone en su paso o en su altar, o simplemente se santigua cuando pasan por las calles de nuestra particular Jerusalem. 

Cada Viernes de Dolores es el viernes más especial de mi vida. Y aunque es un día para celebrar y estar alegre, este año los rezos van más fuerte y con una capa de angustia. Pero si no es hoy cuando Ella más escucha, nada tendría sentido. Habrá un detalle, un pequeño regalito que les hará menos ilusión que otros años, porque el regalo que quieren depende de máquinas, y ángeles con bata blanca. De todas formas estoy seguro que ese regalo llegará, porque es el que voy a "encargar" hoy para ellas, es el que vengo de encargar a la más bella Nazarena que vive en San Bartolomé, y el que encargaré a todas y cada una de las Dolores Divinas que conozco, mediante una estampa, una foto, o viéndola en la calle bajo un nuevo palio Servita.

A todas las "Dolores" que llevan su nombre más allá de su nombre, en su cuerpo o en su alma, ojalá que hoy sintáis alivio en todas vuestras dolencias, sean las que sean. Porque si tenéis un poquito de Fe, lo sentiréis, sentiréis la mejora aunque solo sea durante el día de vuestro día. El día de Ellas, de las Dolores Divinas, y el vuestro, las Dolores terrenales. Acabo el día con esa saeta en forma de rezo que escribí para mi Exaltación de la Saeta en 2012:

"Dolores de mis entrañas,
déjame que yo te ampare,
que a tu nombre le acompaña
el más bello nombre en mi alma...
que es el nombre de mi "mare"."

Feliz Viernes de Dolores a todas. Feliz Semana Santa. Feliz... para quien pueda disfrutarla plenamente. Y sobre todo... feliz TIEMPO DE FE. 

12 marzo 2016

CUARESMA 2016 (II): "REPELUCO"

"El repeluco" es una palabra muy andaluza, muy sevillana si se me apura, pero tan definitoria y real como que el sol sale cada mañana. Y los hay de muchas formas y maneras. Está el repeluco que pueden provocar imágenes o palabras, el que provoca el frío, o el que provoca el miedo. El miedo a ver apagarse una vida, el miedo a perder a alguien que te importa por unos días sin mensajes o una discusión estúpida. El miedo a alejar a quien se te acerca porque tu ánimo no es el idóneo.  Pero cuando en nuestros círculos, en los de la tierra, en los de la hermandad o la familia se habla de "repeluco" todos saben muy bien a los que se refiere el término.

El repeluco, ese repeluco concreto del que se habla en primavera puede bendecirte de muchas formas diferentes, en muchas situaciones diferentes. Si atacamos el orden cronológico puede ser el día que por primera vez, en mi caso, sostienes en tus manos las manos que luego estarán abrazando una cruz. Puede ser el día en que con una iglesia apagada, hables de tú a tú con un Amigo Divino amarrado a una Columna y luego pongas tu hombro para subirlo a su altar de Jueves Santo. Puede ser la primera vez que oigas una salve que has compuesto para una Paciencia inagotable. Puede ser el de cada año cuando oyes el cerrojo de San Bartolomé y la luz del ocaso o la de las farolas de la noche se cuelan entre una fila de espigados nazarenos donde reina el Silencio.

Pueden ser las palabras que oyes decir bajo los pasos en sitios como La Judería bajo el Señor de la Expiración, o el ver los izquierdazos del Coronación. Es posible que sea también el de ver pétalos llover en Tahona ante la Angustia reinando en la madrugada de Miércoles Santo. O el de ver pasar por última vez el misterio del Santo Entierro cuando sabes que "todo está consumado" y comienza de nuevo el tiempo de la espera bañado en la nostalgia. O puede ser que te llegue en cada cuesta que sube la Amargura, o en el cruzar de Humildad por el Arco de la Puerta de Sevilla. 

El repeluco es tan nuestro como la Semana Santa, es tan definitorio como un diccionario particular, tan oportuno como el abrazo cuando la congoja aprieta el corazón. El repeluco es el insigne penitente invisible de nuestras cofradías, y de toda la cuaresma. Ese repeluco. El resto los tenemos todo el año y no nos causa la misma impresión que cuando es el incienso el que perfuma nuestros sentidos. Ese repeluco es el que esta ciudad recoge con el escalofrío que como decía Pepe Da Rosa padre: "Va desde la coronilla, hasta el tacón de los regates". 

Y mire usted, el día que no sienta ese repeluco en cualquier momento de estos días que están y los que tienen que venir, váyase usted mejor de camping porque habrá perdido la seña de identidad del que vive las cosas de su tierra, y la Semana Santa es una de las imprescindibles. Yo hoy mismo he sentido varios de los otros repelucos, y cada uno en su momento volvería a dejar que me invadieran, pero el sitio que todos guardamos para ese "repeluco", el que sabemos lo que significa, es inamovible. 

Se acerca el Tiempo. El tiempo de muchas vivencias, recuerdos y emociones, y sin duda, es también el tiempo de los repelucos más castizos y singulares. Los repelucos de la emoción por sentir en nuestras venas, nuestras tradiciones, nuestra fe y nuestros recuerdos... toda esa amalgama de sentimientos que no se sabe porqué, sólo afloran en Semana Santa y miren por donde, los anuncia un "Repeluco", los anuncia "El repeluco", como para no tenerlo ya más que distinguido y diferenciado, en un lugar preferente de la definición de nuestros sentidos....

11 marzo 2016

AUSENCIA

En la vida hay momentos que son realmente terribles, excesivamente crueles. Todos hablan de la muerte como el mal sin remedio, y no dudo que sea así. Pero hay otros males que no por no tener la muerte inmediata como fin, aunque sí como camino, se tornan realmente horribles. Cuando ves una vida cercana a la tuya, apagarse lentamente, con episodios de aceleración, es una sensación indescriptible para el que no lo haya sufrido.

Mientras escribo esto, un corazón maltrecho por los años y por otras enfermedades graves, está enchufado a las máquinas que nadie quiere ver ni oír, las de un hospital. Mientras escribo esto, un grupo de médicos se pregunta el porqué del motivo que lo mantiene en esa cama. Mientras escribo esto, mi incógnita es igual o mayor a la de esos facultativos. 

Es entonces cuando empiezas a pensar en la vida que le queda a esa vida cercana a la tuya, y en la que le queda a la tuya. Es entonces cuando el desánimo y la tristeza te invaden de manera tal, que incluso ni funciona el intentar aliviarla escribiendo en tu blog. Es entonces cuando las palabras de ánimo te suenan repetidas, gastadas, aunque sepas que son sinceras. Y es entonces cuando vienen noches que no quieres más que llegar a casa, encerrarte y estar con un ojo avizor por si hay que atender a la otra vida, y con el otro intentando distraerte y no pensar. Porque en mi caso pensar es mi peor tormento cuando me encuentro en este estado.

Me han dicho muchas veces que soy muy pesimista. Yo prefiero llamarlo "realismo", porque para afrontar las cosas, a veces tienes que ponerte en lo malo. No sé cuántos habéis sido los que me habéis dejado "whatsapp's" o llamadas perdidas que no he tenido fuerzas para contestar leeréis esto, pero vaya también a modo de disculpas. A los que no lo sabíais y os enteráis ahora, os agradeceré la intención de mensaje o llamada, pero sigo en ese mal aura de encierro particular, que me hace no tener fuerzas para coger el teléfono y teclear los "gracias" o dar informes médicos. Sé que lo entenderéis.

Yo sólo sé que ahora mismo, he empezado a pensar que no puedo plantearme hacer planes, o compartir momentos con muchos de vosotros con los que me apetecería, que mi forma más útil de vida, para con esa otra vida que se apaga, es estar aislado del mundo exterior, salvo cuando sea exclusivamente necesario. Sólo espero no enfermar yo también, porque entonces el "suicidio" sería colectivo. Siempre me quedará leeros aunque no pueda contestaros, o escribir en este rinconcito que creé hace unos años, en los que encuentro a veces un lugar para mi desahogo.. y otras... como ahora... ni eso...  

Espero que volvamos a leernos. 

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