10 septiembre 2008

UN PASEO POR EL PASADO o "Cómo cambian las cosas"

Hola amigos. Bienhallados de nuevo. Despues de este "parón vacacional", vuelvo a mi sitito particular, del que muchos tenéis la llave. Me consta que la habéis usado para ver si había alguien en casa, pero no me encontrásteis. He vuelto, mi casa vuelve a estar abierta para todo el que aquí desee pasar el rato conmigo.

Y he vuelto para escribir con una cosa que me ha pasado esta mañana. En mi queridísima Carmona, nos encontramos de Fiestas Patronales en honor a la Santísima Virgen de Gracia. Son días de misas, de fiestas, de actuaciones, de chiringuitos, de exposiciones, de tertulia, de diversión.

Pero hay muchas personas que ya no están para eso. Personas que por los achaques de la edad, tienen movilidad reducida, y no pueden pegarse las caminatas que exige vivir unas fiestas de nueve días en el casco antíguo de la ciudad. Ese es el caso de mi abuela. Ayer, mi madre me dijo que si no me importaría acercarlas a ella y a mi abuela a la Prioral de Santa María, para ver a la Patrona, con su imponente traje blanco de este año (tiene siete trajes de gala y van rotando los colores año tras año, este año tocaba el blanco).

Como es natural le dije que sin problemas. Y al recogerlas después de misa, mi madre sugirió que le diera una vueltecita por la calle donde se crió, donde vivió su adolescencia y su madurez mi abuela. Así que la he llevado a dar una ruta por la ciudad, en coche, naturalmente, y no sé quien de los tres lo ha pasado mejor. Primero vimos la calle donde se crió mi abuela, y hoy a los 30 años, he visto por primera vez la casa donde nació mi madre. Luego fuimos a la calle donde mi abuela vivió de casada, donde yo deshojé muchos pétalos de mi niñez, en aquella casa de vecinos de la calle Montánchez, donde vivían mis abuelos y donde pasé muchos fines de semana.

Y luego ya puestos, fuimos por mi añorada y querida calle Vidal, donde viví desde que tengo uso de razón, hasta los trece años. Una infancia entrañable, pero... mi calle está desconocida. Las casas de vecinos que habia en mi calle, ahora son casas modernas, con su portero automático y su fachada de ladrillo, que ha sustituido a la cal característica de mi ciudad.

Hubiera dado lo que fuera, por saber qué pasaba por las cabezas de mi madre y de mi abuela viendo cómo han cambiado algunas cosas del lugar en el que nacieron y vivieron sus infancias, y cómo otras no. De todas formas, si sintieron la misma nostalgia que yo, aunque he pensado que aunque estén algunas cosas más feas, han cambiado para mejorar la calidad de vida, creo que habrán pasado una mañana entrañable.

Creo que ha sido la gasolina mejor gastada de mi vida. Y la volvería a gastar, porque mi abuelo, que está ya en plan depre y cascarrabias, y también bastante impedido el pobre, no ha querido apuntarse al paseo, pero se lo daré otro díita, y volveré a disfrutar viendo como le brillan los ojos, al ver sus antiguos barrios, y pasar por sitios por los que hace años que no pasa.

Ha sido un paseo por el pasado, pero cómo cambian las cosas. Me pregunto si mi nieto, me llevará a mí algún día por mi Carmona cuando yo tenga sus edades, y me espantaré, o lloraré, o sonreiré, cuando plagado de recuerdos, pase por mi calle Vidal, o por la calle Diego Navarro, donde nació mi madre y vivió mi abuela. No lo comprobaré hasta que no pase bastante tiempo.. de cualquier forma, ha sido una mañana preciosa.

Hasta pronto.
Free counter and web stats