15 marzo 2022

CUARESMA 2022 (I): "Necesidad"

 

Si no son ustedes asiduos o han leído antes mis artículos de cuaresma a lo largo de los años en este blog (que tengo bastante abandonado), procede una aclaración de ciertos términos inventados y acuñados para definir ciertas cosas de la época y la ciudad.

Me refiero a esta última con expresiones como “La Carmo Romana”, “la ciudad donde duerme el Lucero de la Aurora”;  para la cuaresma como “el tiempo sin tiempo” (así titulé uno de mis artículos cuaresmales), y para nuestra Semana Santa como “La Semana de las semanas” o “la Semana más semana”. Para cada uno de los días que la componen, le he añadido el epíteto “de nuestras vidas”, para hacer quizá más cariñoso e importante a cada jornada, quitándole el “Santo” del apellido: Lunes de nuestras vidas, Jueves de nuestras vidas, y así hasta finalizar nuestra Semana Santa.

 

Dicho esto, cuando la ciudad en la que duerme el Lucero de la Aurora mira en el calendario al Miércoles de Ceniza, y con permiso del cambio climático, el aire y el ambiente vuelven a oler distinto. La luz de los días tiene horas y matices distintos. Todo es diferente. Con los ecos de las últimas coplas carnavalescas en la memoria, el azahar nos marca la llegada de días más largos y cálidos, de días (Dios lo quiera) pasados por aguas torrenciales de tormentas de unas cuantas horas, de ensayos costaleros y de Quinarios.

 

Empieza la “necesidad” de Semana Santa en nuestros ánimos, en los de todos (sean creyentes, cofrades, o ninguna de las dos) los carmonenses, sevillanos, andaluces… Esa necesidad íntima anual de perpetuar nuestras tradiciones, costumbres y creencias. Pero este año la necesidad tiene más matices. Unos terribles. No sé si a ustedes les pasará lo mismo, pero yo ya “necesito” que sea Semana Santa. Y la busco, volviendo por ejemplo a la música, a la maravilla que en los 90 la London Philharmonic Orchestra bajo la dirección de Antón García Abril, grabó para la película de Gutiérrez Aragón: “Semana Santa”. Las marchas más clásicas de la Semana de nuestras vidas, grabadas con sonido de música clásica. O escuchando las nuevas composiciones de “Cigarreras”, que me trasladan casi al cine con unas marchas espectaculares.

 

La busco yendo a la hermandad, a colaborar en los trabajos de montaje, limpieza, etc. La busco en los carteles, en internet, quemando incienso de mi amigo Rafael (Inciensos “El Cautivo), en cualquier parte que me aleje un poco de la realidad. Por eso la necesito. Porque el mundo entre pandemias, las tragedias de una guerra, que lejos de acabarse pronto parece que se va a agrandar y extender en el tiempo, la sequía, y tantas y tantas cosas que sumar a nuestros problemas personales y diarios de cada uno, hace que necesitemos evadirnos, y por qué no, algunos, buscar refugio en Dios y en los Titulares de nuestras hermandades.

 

Necesitamos, un ratito al día por lo menos, estar pendientes o pensar en ir sacando la túnica del ropero, en racheos de pies por los adoquines del casco antiguo, en el azahar que ahora perfuma las calles.

Necesitamos pasar por los bares y oler a bacalao con tomate, o a espinacas con garbanzos, o a torrijas o pestiños.

Necesitamos ver vídeos o cerrar los ojos e imaginar a nuestro Cristo o nuestra Virgen pasando por cualquier punto favorito de su recorrido en el día de La Semana que salgan.

Necesitamos el chirriar de los coches por la cera que dejan en el asfalto las primeras procesiones, y ver los altares de quinarios.

Necesitamos, más que nunca, volver a las costumbres, sensaciones, tactos, sonidos y olores que dejamos aparcados el Domingo de Resurrección de 2019, que desde entonces y por ese bicho maldito tampoco hay nazarenos por la calle.

Y aunque sea una Semana Santa diferente, muchos tenemos esa NECESIDAD. La necesidad de soñarla, de que vuelva, aunque vuelva de forma diferente, pero de volver nosotros a las viejas costumbres, a que nuestra vida siga adelante como ha sido siempre en la ciudad que en Semana Santa se transforma en la Carmo Romana.

Tenemos esa necesidad, aunque muchos no quieran reconocerlo. Como yo tenía la necesidad de volver a escribir mi serie de Cuaresma.

Ya se acerca… el tiempo del tiempo. La Semana más semana. Y Carmo lo sabe.

Y ahora perdónenme la frivolidad, pero lo tengo que decir, yo tengo la necesidad también de que sea Jueves Santo y que mi señora madre… haga torrijas.

 

Feliz Cuaresma.

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