Yo he leído pocos libros. Tengo que decir que los que he leído ha sido porque me han encandilado, y los que no fue en parte porque cometí el error de juzgarlos por su portada (o su título, o su autor, o su temática) y en parte porque con algunos lo intenté y no pude seguir leyendo.
Yo he empezado varios libros. Tengo que decir que no he acabado ninguno, unos porque me falta el remate, otros porque me falta inspiración y otros porque me metí en crear una trama fantasiosa tan complicada que ni yo mismo sé cómo resolverla.
Pero hoy es el día del Libro y nadie se acordará de unos objetos parecidos con los que yo, a la par que los libros, empecé a leer y lo tomé como uno de mis vicios confesables. Hablo de los TEBEOS. Ojo, mucho ojo. No confundir con el "CÓMIC". Hablo de la versión clásica y más españolizada de los mismos. Aunque en su día tuve en mis manos varios "Spiderman" y otros productos "Marvel", yo hablo de esa saga de dibujantes que a la par que enseñar lecciones, nos provocaban una de las carcajadas internas más sonoras que pudiéramos sentir. En mi caso hasta alguna externa en el lugar más adecuado para que la gente te mirara como un bicho raro.
En mi caso hablo de unos libros que no son libros, que no son cómics, y que no son esos dibujos deformados (sin intención humorística) e importados de una cultura que tiene que ver con nosotros lo mismo que una flor con el cemento. Lo del "manga" es un tema que respetaré siempre a quien le encuentre atractivo pero que no entenderé jamás como se ha hecho un sitio en nuestra cultura, y hemos apartado a un lado a nuestros dibujantes más ingeniosos.
Por decir autores puedo acordarme hoy de Ibáñez y Escobar. Por decir personajes que me hicieron lo que soy en mi infancia puedo acordarme en un primer lugar y destacados del resto de los geniales "Mortadelo y Filemón". Puedo enumerar a "Pepe Gotera y Otilio", al "Botones Sacarino", a "Rue del Percebe, 13", a "Rompetechos", a "Zipi y Zape", a "Carpanta", a "Doña Hurraca", al "Reporter Tribulete", a "Pepe el gafe" a "SuperLópez", a las "Hermanas Gilda" y tantos y tantos otros.
Hoy soy coleccionista de toda la historia de "Mortadelo y Filemón", y tengo títulos en mi estantería de la talla de "Luces de Bohemia", de "Cinco horas con Mario", del "Quijote de la Mancha", de "El Viejo y el Mar", de las "Rimas y Leyendas", de "Ninet y un señor de Murcia", de las obras de los "Álvarez Quintero", y muchos otros, pero yo aprendí a leer con los TEBEOS. Y para mí, en este día del Libro , son tan importantes como los del otro formato que contiene solo letras y nada de caricaturas. Y me congratula que en cada feria del libro, haya libros de todas y cada una de las clases, gustos, y estilos, y por supuesto, haya un sitio para estos mágicos amigos de mi niñez que a día de hoy, todavía no me han abandonado.
Si aún, a su edad, no han empezado a leer, (cosa que me hará compadecerles), y quisieran empezar, yo les recomiendo a mis amigos de la "T.I.A." creados por Ibáñez. Se reirán, empezarán a leer y puede hasta que me entiendan: Un libro puede tener muchas formas, y muchos contenidos, desde un cómic, una edición especial, un amasijo de hojas amarillentas por el paso del tiempo, o un libreto de Carnaval. Yo esta noche, si me lo permiten, celebraré el día del Libro con un amigo. Un TEBEO que me traerá la visita de otros dos amigos: Mortadelo y Filemón, y dos amigos que traerán consigo al resto de los suyos, y un montón de aventuras que seguro, como mínimo, me arrancarán una sonrisa. No conozco mejor forma de irme a dormir.
FELIZ DÍA DEL LIBRO.
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