Ahora sí. Ha comenzado la verdadera cuenta atrás. La semana en la que empezará La Semana. La semana en la que en muchas casas la plancha besará para poner firmes túnicas nazarenas y antifaces penitentes, fajas y costales, camisas que serán envueltas por trajes y medallas. Se da lustre a los zapatos, se cepillan las zapatillas de esparto. El aire rezuma los aromas dulces del aceite que ha dorado las torrijas paridas de las manos celestiales de las madres de Carmona. El pregón ya nos ha puesto el cuerpo y la mente al corriente del repeluco del azahar.
Es la semana de los retranqueos, de las últimas papeletas de sitio, las de los que siempre lo dejan todo para última hora, la semana en la que a todas horas ya se quema incienso, la semana en la que los priostes afinan sus sentidos y desbordan sus nervios porque nada se olvide, porque todo esté perfecto. La semana en la que no para el teléfono de los meteorólogos, ni las fotos-captura de las predicciones de últimas tecnologías en las redes sociales. Es la semana de la auténtica cuenta atrás.
Para mí es otra semana más en la que recibo cumplidos por la parte de mi trabajo que los cofrades vuelven a tener en sus oídos gracias a la televisión de la capital. Permitidme la vanidad. Tengo que deciros que me hace muy feliz que los cofrades de Carmona me reconozcan el granito que aporto con mi voz a los programas creados por los amigos de TeleSevilla. Los reportajes del programa "Semana Santa de Sevilla", los vídeos que ilustran la maravillosa idea que un día tuvieron Paco Robles y Antonio Casado para "Memoria de la Semana Santa".
Y muchos me recuerdan mi Exaltación de la Saeta, la Exaltación también a la Virgen del Mayor Dolor en su 250 aniversario, y muchos me dicen que debería ser Pregonero de la Semana Santa. Y yo agradezco y agradezco, sobre todo a los amigos de verdad que además de su admiración me muestran en sus deseos y felicitaciones su cariño más puro. Pero mi verdadero pregón, todavía no está en ese atril del Teatro Cerezo con los estandartes de las Hermandades en la trasera del escenario.
Mi verdadero pregón lo daré, por enésimo año (lo cierto es que no recuerdo ya cuál fue el primero, ni cuántos años llevo dándolo), contando la Semana Santa a tantas y tantas personas que no pueden verla en la calle. Mi verdadero pregón estará en mi voz y en un micro cuyo logotipo es un lucero de ocho puntas multicolor. Mi verdadera penitencia estará de nuevo en intentar conseguir que mi querido y bonachón de Antonio Bautista no de voces por nervios a continuidad a través de su walkie y se cuele en el micro de la cámara. Mi verdadera Fe estará en saber que de nuevo las personas importantes de nuestras hermandades, incluso los cofrades de a pié, estarán más pendiente de recriminarme mis muchas meteduras de pata o equivocaciones, que de dar las gracias a todo el equipo de la Tele por el trabajo realizado durante toda esta semana y La Semana.
Mi verdadero aplauso de pregón será el de esa señora mayor, que al pasar por el set donde estamos en la Calle Vendederas (o Martín López) me da las gracias por contarle lo que no pudo ver tal o cual día, aplauso que yo hago siempre extensivo a todo el equipo que entre CUATRO O SEIS personas nos cargamos una retransmisión de la que siempre hay quejas, o bien por los planos, o bien por la calidad de las imágenes, o bien por el sonido y lo que casi siempre más, los comentarios. Otro verdadero aplauso gracias a las nuevas tecnologías es el de toda esa gente que por Twitter nos echa un cable informándonos del tiempo, o nos da las gracias por la retransmisión mientras nos ve en la Tele o por Internet. Incluso para el que nos corrige con cariño algún fallo, sobre todo mío.
Yo qué quieren que les diga, a veces estoy de acuerdo con el hecho de que los cofrades quieren que TV Carmona sea un TeleSevilla o un Giralda. A mí me encantaría poner una realización y una producción y unas cámaras y unos micros de ambiente del calibre de lo que cuestan los de las televisiones de la capital, pero no lo hay. No es excusa, es nuestro pecado y nuestra penitencia. No tenemos dinero para esos equipos, ni para el personal que tiene que controlar y manejar esos equipos, ni voluntarios que los aporten. Por que eso sí, el fariseísmo de este pueblo siempre en alza, para la crítica siempre, para la ayuda desinteresada pocas veces o ninguna.
Otro año más estaremos Carlos Guisado, Antonio Bautista, Ale Solano, y un servidor de ustedes como fijos, con la ayuda en las cámaras si no me equivoco de Antonio Risquete y Javier Belloso. Y eso es lo que hay. Es que no hay más, y con lo que hay, les aseguro, les prometo, que lo hacemos lo mejor que podemos. Con el máximo cariño y el máximo esfuerzo. Y ese será otro año mi pregón. Esta es mi semana en la que preparo La Semana. Por lo demás sólo agradecer los deseos de mis amigos y sus felicitaciones por mi trabajo en TeleSevilla. La cuenta atrás ha comenzado, la mía, la de todos, la de la Ciudad, la de Sevilla, la de toda la provincia. Y espero que esos halagos pueda hacérselos llegar también a mis compañeros de TV Carmona por el trabajo de La Semana y no sólo por mi voz en la tele de Sevilla.
A mi me duele mi trabajo, me enorgullece que os guste, me emociona, de verdad. Quiero con locura a los compañeros de TeleSevilla que tanto me han enseñado, aportado, que con tanto cariño me acogieron. Pero me duele mucho más la tele que ha estado conmigo, en mi casa, en mi receptor toda mi vida. La de aquí. Dadle el cariño y la comprensión a ellos, que falta les hace. A mí los elogios me siguen dando muchísima vergüenza, quizá es por tener el cuerpo y el alma ya acostumbrados a los ataques y las críticas. Para eso, seguiré estando a vuestra disposición. Para eso ya ha comenzado mi cuenta atrás, la de la semana en la que llegará.. LA SEMANA.
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