23 marzo 2014

CUARESMA 2014 (V): "SOY POR MIS AMIGOS"

Soy por mis amigos. Soy hermano de número y cuota de dos Hermandades, de mi Santiago de mi niñez, y de mi Silencio de adolescencia. Pero soy hermano de cariño de todas y cada una de las Hermandades de mi Carmona natal y de Sevilla Capital. 
Y creo que esto si no con todas, al menos nos pasa con algunas, a todos nosotros. Todos tenemos un amigo, o un familiar que no es de nuestra Hermandad, pero que directamente proporcional al cariño que le tengamos esa o esas personas, nos han hecho ver en sus Hermandades cosas que hacen que se desarrolle la querencia.

Yo he tenido amigos y familiares que me hicieron crecer el cariño por notarlo en su mirada. Cariño por la sobriedad de las Vísperas con la Virgen de Los Dolores Servitas en la estrechez del Arquillo de San Felipe, por su recogida sin hacer ruido con los sones de "Virgen del Valle" (una de mis marchas favoritas), por el "Palio" que no lleva palio, porque no le hace falta teniendo estrellas que lo cobijen.  Por esos cariños soy de Los Servitas.

Más amigos, y más cariño: por el izquierdazo de Nuestro Padre Jesús de La Coronación de Espinas subiendo Hermanas de la Cruz, con la algarabía de una Esperanza Marinera con razón, porque dicen los datos arqueológicos que al principio de los tiempos esta tierra también tuvo mar, como el mar por el que ahora mece La Esperanza cada Domingo de Ramos. Por ese cariño soy de La Esperanza.

Cariño que me imponen amigos del alma cuesta arriba de San Felipe. Cuesta arriba para Hermanas de la Cruz, cuesta arriba por Joaquín Costa, Cuesta arriba para su casa. Y más cuesta arriba se me hace el cariño por esta Hermandad de la Amargura, desde que tuve que hablarle a María Santísima del Mayor Dolor. Hecho que colmó mi emoción, y mi cariño siempre por Ella, y por su hijo de la Silueta Inigualable. Por ese cariño y por otros muchos, soy de La Amargura.

Cariño en amigos y en mí, cariño que se desvive por el barrio de los barrios, con olor a pan cociéndose en el horno y la recogida eterna de San Blas, por su paraíta en la puerta de mi peña "Pitos de Caña", por su amplitud llenando todo el Raso de Santa Ana. Cariño porque en ese barrio se criaron mi madre y mi abuela. Cariño porque ésta Hermandad es de las que tengas amigos o no, ella solita desprende e impone el cariño. Por este cariño, y porque sí, soy de San Blas.

Amigos que me inyectaron al alma un cariño que yo viví de estudiante junto al muro del Colegio Público Cervantes. Cariño porque en una capilla tan pequeñita tiene cabida lo más grande. Un misterio parido en Carmona de manos de un Carmonense, y una Virgen de Angustia morena que mi madre me enseñó a querer cuando pasaba en su palio persa con su cara a mi altura, subido yo en la antigua glorieta del Paseo del Estatuto. Cariño por cada petalada en Tinajería y Tahona. Cariño por el tañer tan inconfundible de la campana de la Capilla.  Porque, porque lo llevo en mi nombre, no tengo más remedio que ser de San Francisco.

Soy de Santiago y soy del Silencio, pero eso se merece un artículo aparte. Porque hay mucho más que cariño.

Cariño como el que me recuerda a mi abuelo Luis, llevándome a pasear por la Alameda a comer helado de vainilla del puesto azul que tenían Los Valencianos mientras esperaba el destello cegador de nazarenos de blanco que ninguneaban al sol, y un Cristo Humilde y solitario reinando en las mañanas del Viernes Santo. Por ver salir el Palio de Cajón de La Virgen de Los Dolores tras una noche de vivencias con los costaleros de La Columna en la Cueva Mesa. Por tantas miradas que les echo bajo mi túnica del Silencio cuando me dirijo a San Bartolomé y nadie puede verme. Por esos cariños, porque ahí hice mi Primera Comunión,  soy de San Pedro.

Y cariño de familiar fundador de su primera cuadrilla de costaleros. Cariño por que el nombre de su Virgen de Buiza (Soledad) me ha servido tantas veces para conocerme mejor. Cariño por su sobriedad, por su recuperación de protocolo y tradiciones, cariño por la nostalgia presente que hace sentir a todo cofrade que se precie, sin que haya llegado aún el tiempo de la nostalgia. Cariño porque dijo Dios que "los últimos serán los primeros", y esta es la última de la Semana Santa. Porque es un cariño fácil, soy del Santo Entierro.

Y si nos ponemos a mirar, yo tengo amigos en Carmona y Sevilla que me hacen ser un poquito de Las Penas y el Despojado, de Tres Caídas y Macareno, del Silencio y del Calvario. De San Julián, y del Baratillo. De Cigarreras y Santa Marta. De la Exaltación y La Soledad de San Lorenzo y de Monserrat...

En fin, que cualquiera que sepa lo que es el cariño, podrá decir soy de tal o cual Hermandad, porque sea hermano o del barrio. Pero en el fondo de su corazón sabe que cada día en algún momento de su tiempo, de su mirada y de su alma, siente a la que toque como propia. Por eso seguro que sé que somos muchos los que podríamos decir, todos y cada uno de los días de Semana Santa aquello de: "hoy sale LA MÍA",  porque por cariño, por los familiares y por los amigos, somos de TODAS. Yo lo digo como lo siento, yo soy de todas. Lo soy por mis amigos.


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