Bueno pues cuando ya parece que todo el mundo tiene asumido que Juan Carlos I de Borbón ha abdicado, es cuando me veo obligado a expresarme. O bueno, ni obligado, simplemente es que me apetece hacerlo que para eso esto es un país libre. Aunque lo de "Libre" muchas veces suene a chiste teniendo en cuenta las cárceles ideológicas y vitales que muchos guardáis (guardamos) en nuestras variadas mentes.
Digo esto porque llevo un rato leyendo en Twitter verdaderos despropósitos, y me explico. Ante la, no por menos esperada, sorprendente noticia de la abdicación del Rey (con la intención de hacerlo en beneficio de su hijo), no se han hecho esperar reacciones organizando movilizaciones y concentraciones para esta tarde. Por no herir sensibilidades, diré que parece que estos movimientos proceden de la gente de izquierdas, desde los bandos más radicales, hasta los más "hacia el centro", pero sobre todo, en cada acto se han visto los lugares elegidos inundados por la bandera republicana.
Y aquí es donde viene lo bueno. He leído muchísimos twits de gente cuya ideología política no me incumbe lo más mínimo, aludiendo a gente que iba a esas concentraciones pro-republicanas y que luego, según dicen, se manifiestan cofrades y sevillanos, y criticándolos duramente por ello. Aquí viene el motivo real de este post.
Tras una España que vivió muchos años bajo el mando de un dictador, con todo lo que ello implica, el calendario siguió su curso dictado por el sabio juez llamado "Tiempo". Y con ese nuevo tiempo llegaron los cambios a nuestra sociedad. Una sociedad que intentaba olvidar y cicatrizar viejas heridas mientras se modernizaba al amparo de una palabra llamada "Libertad". Yo nací en el setenta y ocho, justo cuando esta tierra empezaba a desperezarse de uno de sus capítulos más negros. Y mis padres aparte de darme una educación que (creo) es muy correcta me enseñaron otros muchos valores.
Me enseñaron la tolerancia y el respeto, o sea, a cuando veo algo con lo que no estoy de acuerdo, bien intentar expresar mi opinión, no intentar imponérsela a nadie y sobre todo apartarme cuando creo que algo no es lo que yo quiero profesar.
Me enseñaron una religión en la que cuando vas haciéndote mayor y adquiriendo conocimientos, puedes elegir creer o no creer, y puedes elegir creerla con excepciones al ser una religión ahora llevada por humanos, que como todo ser humano tienen sus fallos y sus virtudes.
Y sobre todo aprendí, lo que era la LIBERTAD. Libertad de opinión, de ideología y de religión. Pero nunca me enseñaron a "etiquetar" una ideología y unas creencias en base a unas actitudes o formas de vestir. Lo que viene siendo que he tenido que recordarme a mí mismo mientras me daba un golpe con la palma de la mano en la frente que ESTAMOS EN EL 2014 ¡¡POR EL AMOR DE DIOS!!.
No entiendo como puede haber mentes tan retrógradas que aún piensen que una persona por vestir de marca, o acudir a misa, o ser cristiano o capillita, obligatoriamente tenga que seguir una ideología política determinada. No entiendo que una persona sea mejor por cómo vista o por tener más estudios a la hora de ser más o menos sensible con los problemas de un país, región o provincia. No entiendo que una persona sea mejor por como vista o tener un título, a la hora de tener mejores ideas para solucionar determinadas cuestiones. No entiendo que si llevas el pelo engominado no puedas lucir la bandera republicana. No entiendo que si llevas rastas no puedas estar más de acuerdo con una ideología derechista que de izquierdas.
No entiendo tantas cosas de cierta gente que vive anclada en los clichés del tiempo que me parece que aún vivo en el año en que nací. Hoy el mundo nos conecta a todos a través de Internet, hay avances tecnológicos, mejores coches, mejores televisiones, mejores transportes, y sin embargo, lo que llamamos LIBERTAD, no existe realmente. No existirá mientras se nos tache a los que somos creyentes y cofrades de "Fachas", ni a los que vestimos como nos da la gana o lo más informal posible de "Perroflautas", o que por llevar una bandera republicana en una manifestación o no estar de acuerdo con un sistema de monarquía parlamentaria ya no se pueda llevar un antifaz de nazareno o ponerse un costal o trabajar en una junta de una hermandad.
Un poquito de cordura por Dios. Soy un amante de las tradiciones, me gusta mantenerlas, me gusta la historia antigua, pero me gusta sentirme tan libre como para poder desmarcarme de cualquier ideología política hasta que entro dentro de la famosa cabina de votaciones (que ni yo mismo se lo que pasa hasta que voy) y poder sentirme útil y seguro de mis creencias religiosas. Jamás he etiquetado ni despreciado a nadie por hacerlo diferente a mí, jamás he despreciado las creencias o no creencias de nadie. La política y la religión no tienen nada que ver. Una cosa es interés, la otra espiritualidad, si las mezclamos y encima hay que claudicar con lo que digan las costumbres, todo por lo que lucharon en aquellos años en los que subió al trono el Rey que hoy ha abdicado con toda LIBERTAD, no habrá servido de nada.
Pensémoslo. Año 2014. Recordad. LIBERTAD. No la malgastéis.
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