Querido hijo:
Si algún día ya no estamos con vosotros, quiero que guardéis por siempre en herencia el contenido de esta carta. Ahora que llegan los meses de calor, la tele no para de dar noticias sobre incendios. Es posible que cuando tengáis la edad suficiente como para poder leer y comprender esta carta (si la E.S.O. no lo impide), ya no necesitéis una explicación de por qué en verano se queman tantos bosques; bosques que ya no podréis disfrutar nunca, ni os podrán nutrir de aire puro, ni podrán daros la oportunidad de grabar nunca en ningún árbol un corazon con vuestro nombre y el de la persona a la que lleguéis a amar.
Si algún día ya no estamos con vosotros, quiero que guardéis por siempre en herencia el contenido de esta carta. Ahora que llegan los meses de calor, la tele no para de dar noticias sobre incendios. Es posible que cuando tengáis la edad suficiente como para poder leer y comprender esta carta (si la E.S.O. no lo impide), ya no necesitéis una explicación de por qué en verano se queman tantos bosques; bosques que ya no podréis disfrutar nunca, ni os podrán nutrir de aire puro, ni podrán daros la oportunidad de grabar nunca en ningún árbol un corazon con vuestro nombre y el de la persona a la que lleguéis a amar.
¿Cómo voy a evitar que juzguéis a la sociedad en la que vivió vuestro padre, y en la que vivieron vuestros abuelos?. Es imposible, porque merecemos ser juzgados por asesinos de la naturaleza. Ahora la tónica la marcan los incendios injustificados, por descuidos de camperos que tiran una colilla, o por terratenientes que buscando aumentar su riqueza, buscan una recalificación de terrenos, o cobrar un seguro agrario. Y a cambio de eso, solo nos queda desolación, negrura, cenizas, muerte. Los pájaros que no murieron asfixiados o quemados, han emigrado a otros lugares, siendo conscientes de que nunca podrán regresar, y con la esperanza de que la mano humana no queme el nuevo hogar que lleguen a encontrar.
El resto de animales puede que no hayan tenido tanta suerte. Puede que si ahora os hablo del Lince, o del Urogallo, o del Halcón Peregrino, o del Búho Blanco, o del Lobo Ibérico, solo podáis conocerlo por fotos o documentales, porque puede que haga años que se han extinguido cuando estéis leyendo esta carta. Puede también que tengáis el agua racionada, que vivais en un clima desértico con calor los doce meses del año, que no haya ni un solo árbol para que os dé un poco de sombra. Este es el mundo que mi generación y la de vuestros abuelos, os está dejando, hijos míos.
Ahora en verano, es la época en la que la tele no parará de dar noticias sobre miles de hectáreas de bosques que ya no podremos disfrutar, ni nosotros, ni vosotros tampoco, así que no tenéis que preocuparos. En realidad esta carta no debería ir dirigida a vosotros si no a vuestros padres, o a las personas de mi edad que aun no lo somos, para que pensemos un poquito solamente, en qué clase de mundo natural y calidad de vida vamos a dejar a nuestros hijos. Os pondría la carne de gallina haber vivido en una época en la que se cazan focas a base de golpes en la cabeza con una barra de metal, cuando el animal está indefenso. O en una época en la que se abandonan perros en las carreteras, que acaban formando parte del asfalto, en una época en la que se caza furtivamente a pesar de las prohibiciones del SEPRONA, solo por tener una cabeza disecada en el salón para el regocijo propio, sin importar que pueda desaparecer una especie animal en peligro de extinción. En una época en la que importa mas cobrar un seguro o recalificar un terreno, que perder una zona arbolada, verde, que nos da tantas cosas, aire puro, sombra, descanso, calidad de vida. Esta es la herencia que os dejamos.
Sólo me queda deciros que espero que si esto no se frena, si no ponemos remedio y seguimos siendo tan desalmados y egoístas, nos podáis perdonar algún día, porque vuestra esperanza de vida será tan pobre, que no sería descabellado pensar que si un día os damos la vida, al mismo tiempo os la estaremos quitando.
Espero que si algún día leéis esta carta, lo único que os provoque, en lugar de un movimiento de asentimiento con la cabeza y alguna lágrima, sea una sonrisa, porque penséis que vuestros padres están locos por pensar de esta forma. Porque todo sea como es ahora, un planeta que sigue sobreviviendo, que sigue dandonos cosas maravillosas, a pesar de la destructora e inconsciente mano de los hombres.
Os quieren, vuestros padres egoístas.
1 comentario:
Un poco pesimista…pero real. Con esto pasara como con la economía todos nos dábamos cuenta de que esto pasaría pero nadie dio el primer paso, ya veremos hasta donde llegan las cosas.
Saludos cordiales
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