12 marzo 2023

CUARESMA 2023 (II): "La foto antigua de nuestra memoria"

 


En la memoria de cada cofrade hay una -o varias- fotos antiguas de nuestra Semana Santa. Son un testigo incontestable del paso del tiempo y del cambio en nuestra piel, en la fisionomía de la ciudad, de las cofradías, incluso de nuestras costumbres. Es evidente que con el devenir de los años, la modernización y todo lo que ello conlleva, a nuestra Semana de las Semanas también le llegó su transformación. 

Y aquí no hablo solo de las propias cofradías, sino de la presencia y la manera de verlas de la gente. Quien dice maneras, dice sitios, cantidades y formas (también de comportamiento). Por poner varios ejemplos -que se salen de lo que en algunas redes sociales puede comprobarse en lo que respecta a la fisionomía de los pasos, incluso de las propias Imágenes Titulares de las Hermandades carmonenses- podemos hablar de recorridos, o de horarios. 

¿Quién no tiene en su mente el pasar de la Hermandad de la Amargura por las calles del Real? ¿O de la Quinta Angustia subiendo por Domínguez de la Haza? ¿Quién no recuerda la subida de Santiago por Luis de Rueda y la bajada por San Marcos? ¿O la salida de la Humildad y Paciencia en nuestra particular "madrugá" a las seis de la mañana o incluso a las diez? Y todo el antiguo Paseo del Estatuto  y calle San Pedro a rebosar para ver la recogida, y comer por los antiguos restaurantes y mesones de la zona, para luego dar un paseo por la Alameda Alfonso XIII, degustar un "corte" de helado del puestecito que tenían allí "Los Valencianos" y acercarse a la salida del Silencio. Eso por no hablar del Santo Entierro saliendo de su Iglesia de Santa Ana...

Fotos físicas en sepia y blanco y negro, y también mentales que nos trasladan a otras épocas en las que filas de centurias romanas, escoltaban a nuestras cofradías, en las que los colores de los nazarenos de ciertas hermandades eran distintos, y los colores de ciertos palios también. Y uno compara fotos de ahora, y creo que dependiendo de nuestra edad y nivel de nostalgia en el alma, no sabríamos decir qué foto sale ganando o perdiendo. 

Y es que, como nosotros, como los tiempos, como la tecnología, la Semana Santa de Carmona ha evolucionado y se moderniza. Ahora las salidas para comer en los festivos, pasaron a las botellonas de los adolescentes en los polígonos (y porque los disuadieron de seguir haciéndolas en el Paseo del Estatuto) y a salir a ver las cofradías en cierto estado de embriaguez. Poca gente se calla ya al paso del tramo del Misterio de la Quinta Angustia, del Silencio o del Santo Entierro. Tenemos un nuevo crucificado y un resucitado. El Jueves Santo ya no es la noche grande debido a la facilidad del desplazamiento a la capital y el esnobismo de que parece que eres más "cofrade" y fardas más si dejas de ver a La Columna para ver la "Madrugá" cada año (y dejar constancia en las redes sociales, por supuesto).

Pero a los demás, a los que seguimos aquí, quizá nos quede el regusto por antiguos pasos, canastillas, imágenes y formas, y a la vez sigamos adaptándonos a lo nuevo. Como por ejemplo a la música, que también ha evolucionado, en calidad y en formas de composición, aunque particularmente yo, me confieso seguidor de las marchas clásicas en las bandas de música y muy fan de las nuevas composiciones para cornetas y tambores. Nunca me entró bien por el oído el distinto timbre de tambor, con xilófono y platos de las agrupaciones musicales, pero eso ya es cuestión de gustos.

Lo que es innegable, es que hay que estar agradecidos a todos esos fotógrafos de hace décadas y décadas, y sobre todo a los que conservan y comparten esas instantáneas, porque nos permite activar la foto antigua de nuestra memoria, que a su vez, nos revive vivencias, nostalgias, cariños y un sin fin de sentimientos para que reparemos en que lo que puede que no haya cambiado desde entonces, sea nuestra fe.





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