17 marzo 2016

CUARESMA 2016 (III): "DOLORES"

Cada centímetro de piel humana y patrimonial de esta ciudad, siente dolores en algún momento de su vida. Pero hoy esos "dolores" tienen un significado especial. Este viernes de cada año rinde pleitesía a los Dolores divinos, y a los humanos. A los que van, como Ella los lleva en varias Vírgenes de nuestra Semana Santa, en el nombre de las mujeres que lo lucen. En mi caso las dos que hoy celebran su onomástica, junto con esas Vírgenes, no solo sienten los Dolores en su nombre, también en su cuerpo y últimamente en sus almas.

Dolores es mi Madre del Cielo que vive en San Bartolomé, y Dolores es mi Madre de la tierra, que ahora le reza a su homónima, junto con mi hermana que también es Dolores, para que nos haga la del Cielo un "pequeño gran favor". Dolores fue mi tía abuela que yo casi tuve por tercera abuela en un patio de vecinos de la calle Montánchez,  y luego en un pisito tan humilde como su corazón en la barriada "Los Pintores". 

Otra Dolores del Cielo vive en San Blas, donde nació y se crió la mía de la tierra. Otra Dolores divina mora en San Pedro donde recibí por primera vez a Dios.  El Mayor Dolor que se siente en nuestra Semana Santa, me invitó a su 250 cumpleaños, y me concedió el tremendo honor de hablarle a sus hijos.  La Dolores Servita me ha dado, hasta este año, la posibilidad de mirarla a Ella en la calle al mismo tiempo que se ve su casa, que es el cielo estrellado de esta milenaria ciudad. Tantos "Dolores" divinos, y mire usted, hoy... sólo hoy, me desvivo más por mis "dolores" terrenales. 

Hoy invoco, rezo a todas las Dolores de nuestra Semana, para que bendigan mis dos Dolores de la tierra, de la sangre y del corazón. Para que las Dolores alivien los dolores a mis Dolores. Para que el poder de la Fe, ampare a todo el que les reza, les pide, las venera, las visita, las cuida, las pone en su paso o en su altar, o simplemente se santigua cuando pasan por las calles de nuestra particular Jerusalem. 

Cada Viernes de Dolores es el viernes más especial de mi vida. Y aunque es un día para celebrar y estar alegre, este año los rezos van más fuerte y con una capa de angustia. Pero si no es hoy cuando Ella más escucha, nada tendría sentido. Habrá un detalle, un pequeño regalito que les hará menos ilusión que otros años, porque el regalo que quieren depende de máquinas, y ángeles con bata blanca. De todas formas estoy seguro que ese regalo llegará, porque es el que voy a "encargar" hoy para ellas, es el que vengo de encargar a la más bella Nazarena que vive en San Bartolomé, y el que encargaré a todas y cada una de las Dolores Divinas que conozco, mediante una estampa, una foto, o viéndola en la calle bajo un nuevo palio Servita.

A todas las "Dolores" que llevan su nombre más allá de su nombre, en su cuerpo o en su alma, ojalá que hoy sintáis alivio en todas vuestras dolencias, sean las que sean. Porque si tenéis un poquito de Fe, lo sentiréis, sentiréis la mejora aunque solo sea durante el día de vuestro día. El día de Ellas, de las Dolores Divinas, y el vuestro, las Dolores terrenales. Acabo el día con esa saeta en forma de rezo que escribí para mi Exaltación de la Saeta en 2012:

"Dolores de mis entrañas,
déjame que yo te ampare,
que a tu nombre le acompaña
el más bello nombre en mi alma...
que es el nombre de mi "mare"."

Feliz Viernes de Dolores a todas. Feliz Semana Santa. Feliz... para quien pueda disfrutarla plenamente. Y sobre todo... feliz TIEMPO DE FE. 

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