Hace
muchos años, andaba yo en el colegio Cervantes todavía dando una clase de
Educación Física con la que por entonces además era nuestra tutora, María de
Gracia Pérez. Una mujer a la que muchos admirábamos por su forma de dar clases
(amén de otras virtudes). Cuando estábamos empezando la clase comentó que la
noche anterior había visto una película del oeste de las antiguas a lo que a mí
se me escapó la expresión muy poco afortunada de “eso es una mierda”…
Automáticamente
cambió su gesto amable para tornarlo serio y enfadado y creo que aún la
recuerdo venirse hacia mí en plan sargento militar. Me entró de todo, y lo
único que me dijo fue: “Habla con respeto, porque el libro de los gustos está
en blanco y lo que para ti es una mierda, a otros nos puede gustar y nos
podemos sentir ofendidos. Así que puedes decir que no te gusta, pero lo de “es
una mierda” mientras yo esté delante que no te lo vuelva a oír.”
Juego,
Set y Partido para mi profe. Me dio una lección para la vida que jamás olvidé.
Desde entonces procuro seguirla a rajatabla y pensar dos veces antes de emitir
un juicio de valor sobre cualquier cosa. En el Carnaval pasa tres cuartos de lo
mismo. Cuando me encontraba hace unas semanas en un ensayo con mis “Autores” ,
en el que un ochenta por ciento de la comparsa venía enferma y no podía cantar,
decidí hacer un ensayo en el que deseché la práctica y ahondé en la teoría.
Intenté
arengar a mi grupo de varios conceptos que yo creo básicos en el Carnaval. Lo
primero es que hay que escucharlo todo para emitir juicios de valor, y sobre todo
a la hora de emitir ese juicio de valor, hay que procurar ser lo más respetuoso
y elegante posible. Mi teoría de cara al concurso que nos espera, es que los
que ganan ese certamen no son siempre necesariamente los mejores, y los que no
obtienen un primer puesto, tampoco son necesariamente los peores. Que habrá años
en los que el veredicto se verá claro desde el primer día (yo lo sufrí el año
pasado con mis amigos de la comparsa de Alcalá de Guadaíra), y años en los que
la pelea sobre las tablas será tan igualada que podría pasar cualquier cosa.
Una letra, un cuplé, un detalle del tipo, puede (siempre según el jurado)
decantar la balanza de un lado o de otro.
Por
eso, procuré que mis “Autores” tuvieran el respeto necesario hacia todo el que
forma parte del colectivo que vamos representando. Porque el ser autor, por
desgracia es algo para lo que se necesitan ciertas aptitudes que Dios te da o
no te da. Y hay quien lo intenta sin tenerlas y con los años aprenden, y otros
que por desgracia lo intentan y no lo consigue. No voy a negar que en nuestro
concurso se han oído, y se oirán cosas verdaderamente insoportables, infumables
y que no gustarán prácticamente a nadie. Pero eso no nos da derecho a nadie a
decir sobre esas obras que son “una mierda”. No nos gustarán, seguramente, pero
lo mejor que se puede hacer ante eso es, o aplaudir elegantemente y no emitir
juicio de valor alguno (porque suele hacer daño) o simplemente levantarse de la
butaca e irse a tomar una copa al bar o a fumarse un cigarro.
La
lucha de mis “Autores” ha sido y será gustar al público del teatro, pero no nos
engañemos, aunque esa sea la principal, uno se apunta a un concurso para
competir y ganarlo. Y eso es lo que todos buscamos, lo que todos queremos, pero
me parecería una falta tremenda de hombría y elegancia querer ganar intentando
echar basura sobre el repertorio de otros autores. Lo de las voces es lo de
menos, hay grupos que cantan muy bien y no dicen en sus letras o repertorios
absolutamente nada y aún así gustan.
Esto
me lleva a otra de las cosas que les conté a mis “Autores” en aquella
reunión-ensayo. Lo de “entender” de Carnaval no existe. Se puede entender de
música, de compases, de literatura para saber qué tiene calidad, o qué letra
guarda una sintaxis coherente y está bien expresada, se puede entender de
diseño y arte en una puesta en escena, se puede conocer más historia y saberse
uno más letras, nombres, años, etc… pero entender de Carnaval…en realidad NADIE
entiende, porque es una cosa que simplemente es lo que decía al principio,
cuestión de gustos.
Y
una persona que te dice: “Yo no entiendo de esto del Carnaval, pero me encanta
tu comparsa”, es para mí mucho más valioso que un primer premio de un jurado
que “se supone que entiende”. Porque ese jurado me está escudriñando, juzgando
y mirando con lupa, el aficionado que “no entiende” simplemente se ha limitado
a escuchar y a entender lo que le estoy contando y cantando, y eso, amigos míos….
es la verdadera esencia del Carnaval. Para mí aunque esa persona diga que no
entiende, eso es verdaderamente entender de Carnaval, porque cada año, los
autores escribimos y los componentes cantamos un repertorio que está expuesto a
la premisa principal que aquel día me enseñó mi tutora María de Gracia: que el
libro de los gustos … está en blanco.
Feliz
Carnaval.
1 comentario:
Paco ¿una mierda? Es lo más bajo en el escalafón de las comparaciones ....... Horas de ensayo quitadas a tu tiempo y familia son las cosas que te hacen fuertes antes comentarios descalificativos del que no mira sus defecto ,un repertorio es un regalo.....más malo o más bueno ,pero sólo decir que los autores van a estar luchando por ganar y la mierda se les pega en el zapato al que no tiene ni idea ........un saludo y mil gracias por la presentación del pregón ....un lujo. Mucha mierda.
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