23 octubre 2015

CARMONA, EL SEXO, LA INTIMIDAD Y LA DOBLE MORAL.

Han abierto una tienda de lencería íntima en Carmona. No se han puesto en un sitio cualquiera, si no en una calle amplia, con tráfico y de variedad comercial como es San Antón. Junto a un bar, un salón recreativo, una tienda de electrodomésticos, otra de cerámica, una abacería, una imprenta, una tienda de móviles, una pescadería, una zapatería... pero ahí reluce, con su escaparate amplio y luminoso, ropa interior e íntima, para los momentos más sexuales de los Carmonenses.

Hace tiempo que llevo queriendo escribir sobre esto, y hoy que tengo un huequito en mis ajetreados días he aprovechado. ¿Sabéis? No sé si es casualidad, pero la tienda lleva abierta más de un mes, y yo paso CADA DÍA, por la calle San Antón. Aún no he visto clientela dentro cuando he pasado, y me he preguntado: "¿y esto por qué será?" Y he intentado teorizar con varios motivos. El primero que se me ocurrió es la propia idiosincrasia de Carmona, su forma de ser, su forma de pensar y de hablar sobre terceros y nunca de sí misma (me refiero a la mayoría de la gente de este pueblo). En realidad, todos los motivos que se me ocurrieron después iban relacionados con este.

Carmona es esa ciudad con doble moral cuasi americana. Es decir, nosotros nos quejamos de que esta ciudad no avanza, de que los empresarios o emprendedores no tienen salida, pero cuando llega la hora de consumir nos vamos al de fuera que tiene su tienda aquí, o a las grandes superficies de la capital. ¿Quiere hacerse rico amigo foráneo?, ponga una tienda de lo que sea en Carmona. 

Luego pensé: "Igual es que es ropa interior de marca y es muy cara y la gente prefiere comprarse los tangas y los boxers en el mercadillo de los lunes..." Y puede que tenga razón si nos avenimos a lo que antes mencionaba. Pero se me ocurrieron otros motivos peores. Esta ciudad, tan puritana y casta como es para ciertas cosas y tan criticona y bochornsa para otras, hace que si por cualquier cosa eres medianamente conocido, se te monte alrededor una especie de "Gran Hermano" pueblerino, con debate posterior incluido tras cada imagen que alguien quiera dejar patente sobre ti.

Y me vino la idea de que si yo, por ejemplo, quisiera entrar en la tienda en cuestión, me quedaría con las ganas por miedo al qué dirán. Es más, si entrara por ejemplo para comprar un "modelito picante" para mi señora, novia, pareja o "amiga con derecho a roce", desconfiaría hasta de la discreción del dependiente o dependienta. Y ese puede ser un motivo importante por el que nunca veo a nadie comprando en esa atractiva, a la par que insinuante tienda de lencería fina. Puede ser que el carmonense piense: "sí hombre!!, voy a entrar yo ahí a comprarme un boxer o un tanga o un salto de cama pa mi parienta, y salgo en los periódicos". 

Correcto. Ese es el hobby de esta ciudad, sacar en los periódicos a la gente por algo que debería ser normal. Queremos subirnos al carro de los pueblos y ciudades que avanzan, queremos ser una Sevilla en pequeñito, y por nuestro propio patetismo en ciertos temas, NUNCA LO SEREMOS (le duela esto a quien le duela). Me remito por ejemplo a cuando abrieron un sex shop. Yo no sé por qué cerraron, pero me imagino que por montar uno más grande con las ganancias del primero, desde luego no fue.

Vamos de modernos, de cosmopolitas, pero luego en torno a la intimidad de los demás no tenemos el menor de los respetos y largamos hasta el último dato que tengamos (y si no, nos lo inventamos) sobre quien sale con quién, quién ha dejado a quién, quién es de tal orientación sexual, quién está liao con quién... damos mucha pena, por no decir asco.  Y luego eso sí, cuando se abre cierta casa PRIVADA en la ciudad, para quien no tiene la posibilidad de encontrar pareja para desahogar sus instintos más naturales, se arma un "akelarre" para expulsarlos de la casa y cuasi del pueblo.

¿Una tienda de ropa íntima? Espero que sea casualidad eso de que yo nunca la vea llena de clientela cuando paso y vayan a otras horas, porque si no, mal futuro puedo augurarle, como todo lo que se refiera a comercios sobre sexo e intimidad (aunque también vendan "bragas sobaqueras" o ropa interior de lo más normal y de lo más chula). Este pueblo me recuerda a la doble moral americana. En la tele ni una escena de sexo y cualquier palabra malsonante tapada con un pitido, pero luego imágenes de cadáveres que causa la violencia callejera, las drogas, o la imagen de Bin Laden masacrado o el ahorcamiento de Hussein. Salvando las diferencias, aquí somos igual de hipócritas, pero menos grandes, aunque sí mucho más criticones. Hasta el punto de que quien decida usar alguna de estas tiendas, tiene que hacerse una auténtica proposición de valentía y de indiferencia ante lo que ya sabe, que van a opinar los demás... 

MANDA COJONES....

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